El tsunami, una pesadilla para toda la humanidad
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En gran parte del mundo se realizaron ceremonias para recordar a las más de 200.000 personas que murieron durante el tsunami que azotó 13 países del sudeste asiático el 26 de diciembre de 2004.
Los oficios religiosos se repitieron tanto en las plazas de pueblos, como en mezquitas y las fosas comunes de la provincia de Aceh, en Indonesia.
Tanto las islas como la costa de este país fueron las más afectadas debido a su proximidad con el epicentro del terremoto en el fondo del mar que provocó el desastre.
Se calcula que el número de muertos sólo en ese país ascendió a 178.000.
El acto central tuvo lugar en la provincia de Banten, la costa de la isla de Java, encabezado por el presidente Susilo Bamban Yudhoyono y miembros de su gobierno.
Allí, unos 9.000 residentes participaron de un simulacro de un eventual tsunami tras un terremoto de 8,5 grados en la escala de Richter, que incluyó la respuesta de emergencia que se produzca un escapa de las plantas químicas que hay en la zona.
Sri Lanka y Tailandia
En Sri Lanka, el presidente Mahinda Rajapakse reabrió un puente de seis carrilles (el más ancho en el país) en la ciudad de Matara que pudo ser reconstruido con ayuda financiera de Corea del Sur.
La ceremonia incluyó dos minutos en silencio en memoria de las más de treinta mil víctimas que se cobró uno de los peores desastres naturales en la historia de la región.
En el sur de India, miles de familias de pescadores que sobrevivieron a las gigantescas olas rindieron su homenaje en el distrito de Nagapattinam a las 6.500 víctimas.
También en Tailandia se recordó a las más de 5.000 personas que murieron, muchas de ellas turistas extranjeros.
Monjes budistas estuvieron a cargo de las oraciones y cantos religiosos, mientras miles de sobrivientes y familiares de las víctimas depositaron ofrendas florales sobre las playas de la ciudad de Kaho Lak, en el sur tailandés.
La ceremonia principal fue presidida por la hija mayor del rey Bhumidol Abdulyadej de Tailandia, la princesa Ubolratana Rajakanya, quien perdió a su hijo Khun Poom Jensen en la tragedia.
Demoras
La lentitud en las obras de reconstrucción y en la llegada de ayuda internacional caracterizan la situación en la mayoría de las áreas afectadas por las gigantescas olas que arrasaron ciudades costeras y centros turísticos hace tres años.
La otra característica la marca el temor permanente de vivir una tragedia similar a la de hace tres años y la fragilidad de la región para resistir los desastres naturales.
En efecto, en Indonesia, el tercer aniversario del tsunami se vive este miércoles bajo la sombra de otra tregedia: intensas lluvias han provocado deslizamientos de tierra y se informa de al menos 75 muertos o desaparecidos hasta ahora.
Mientras tanto, se registraron dos terremotos de 5,4 y 5,1 grados en la escala Richter entre el sureste de Fiyi y el sur de las islas Salomón, en el Pacífico Sur, aunque no se reportaron víctimas ni daños materiales.
En abril, un terremoto de 8,1 grados en las islas Salomón cuasó una ola gigante que se cobró 30 vidas y destruyó varias casas.
Los archipiélagos se encuentran en el llamado "Anillo de Fuego del Pacífico", una región de gran actividad sísmica y volcánica que se ve sacudida por casi 7.000 temblores al año.
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