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Manuel Hernández Villeta

La seria crisis política que involucra a Colombia, Ecuador y Venezuela sin señales de mejoría.

Soldado ecuatoriano en la frontera con Colombia

 Lo que comenzó el sábado pasado con el anunció de la muerte de un importante líder guerrillero de las FARC en territorio ecuatoriano, se ha convertido ahora en la peor crisis política de la región andina en los últimos tiempos.  Este lunes, el gobierno de Ecuador anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia, mientras que el de Venezuela ordenó la expulsión del embajador y personal diplomático de la representación colombiana en Caracas.   Colombia, por su parte, acusó directamente al gobierno venezolano de haber financiado con US$300 millones a la guerrilla de las FARC.   Gobiernos alrededor del mundo han mostrado diferentes posiciones: mientras la mayoría ha expresado sorpresa por la incursión militar colombiana en territorio ecuatoriano, otros la han justificado. Sin embargo, todos han coincidido en pedir prudencia y la búsqueda de diálogo.  

Ese diálogo podría darse este martes, cuando el Consejo de Seguridad de la OEA se reúna de emergencia en Washington (a las 15:00 hora local, 20:00 GMT) para discutir la crisis fronteriza de estos países andinos.  

En un comunicado presentado la tarde del lunes, la cancillería ecuatoriana explica que "ha decidido romper relaciones diplomáticas con el gobierno de Colombia (...) frente a la evidente violación de la soberanía nacional y de la integridad territorial del Ecuador" con el ataque del sábado pasado por militares colombianos contra un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).  

Más acusaciones  

El gobierno ecuatoriano considera "muy graves" las acusaciones "cínicas y temerarias" del general Oscar Naranjo, quien insistió más temprano que Ecuador y Venezuela tienen vínculos con las FARC.  

También se informó de que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, iniciará este martes una gira por naciones latinoamericanas para explicar la posición de su país en la crisis.  

La presidencia ecuatoriana informó de que Correa viajará a Venezuela, Perú, Brasil, Panamá y República Dominicana.  

Mientras tanto, ante una sesión especial de la Asamblea Nacional, el canciller Nicolás Maduro anunció la expulsión del personal diplomático colombiano destacado en Venezuela.   

Ecuador notificó a Colombia sobre la ruptura de relaciones.  

Maduro justificó la medida de expulsar al embajador Fernando Marín como una manera de "resguardar la soberanía nacional".  

Según informaciones de la legación diplomática colombiana, el embajador Marín había viajado a Bogotá durante el lunes y pensaba regresar en un par de días, aunque no se trataba de un llamado a consultas.  

El canciller Maduro desestimó las denuncias hechas por el jefe de la Policía Nacional de Colombia, general Oscar Naranjo, de que Venezuela financió con US$300 millones a las FARC.  

"Uribe no da la cara, si no fuera por lo grave, uno tendría que reírse. Realmente, caen en el extremo del ridículo que, si no fuera por lo grave que están haciendo, fuera objeto de burla", añadió Maduro, que calificó de payasos "a estos que dicen mentira sobre nuestro país".  

"Poner a un policía de baja calaña a atacar al presidente, eso es lo que sienten ellos", dijo Maduro en referencia a Naranjo, el jefe de la policía nacional de Colombia.  

El lunes, en una nueva rueda de prensa en Bogotá, Naranjo afirmó que se han encontrado archivos que evidenciarían "relaciones vinculantes" de esos gobiernos.  

Según Naranjo, en el caso de Venezuela, se habrían hecho pagos por unos US$300 millones a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según documentos encontrados en supuestas computadoras perteneciente a Raúl Reyes.  

"Los exámenes a los que estamos sometiendo el conjunto de esta información podría darnos luces para señalar si esos US$300 millones obedecen a algún compromiso de liberación de secuestrados", afirmó Naranjo.  

Las computadoras habrían sido capturadas tras la operación militar colombiana en territorio fronterizo ecuatoriano, que terminó con la muerte de Reyes y otros guerrilleros y que ha desatado una crisis entre Colombia, Ecuador y Venezuela.  

El domingo en la tarde, Naranjo había revelado el hallazgo de los computadores y asegurado que en ellos habían documentos que mostraban vínculos de las FARC con integrantes del gobierno ecuatoriano.   

El lunes, el jefe policial colombiano profundizó sus acusaciones, pero indicó todavía harán falta varias semanas para analizar la información contenida en las computadoras capturadas y explicó que usarán expertos internacionales para corroborar la veracidad de los datos, aunque negó que puedan ser equipos falsificados.  

"Lo único que puedo afirmar es que hay un pago gestionado por las FARC ante el gobierno del presidente Chávez para apoyar la causa terrorista", dijo Naranjo, quien aclaró que hacen falta más exámenes de los materiales.  

En respuesta, el vicepresidente venezolano, Ramón Carrizales, aseguró que están "acostumbrados ya a las mentiras del gobierno colombiano".  

"Para mí, no tiene importancia cualquier cosa que digan. Ahorita pueden inventar cualquier cosa para tratar, pues, de salirse de esa violación del territorio ecuatoriano que hicieron", expresó Carrizales, quien sin embargo no quiso profundizar sobre temas de política exterior.  

En los últimos meses, las FARC han liberado a seis de los más de 600 rehenes que mantiene cautivos en lo que la guerrilla define como "gesto de desagravio al presidente Hugo Chávez", después de que el venezolano fuera sacado de la mediación para lograr un acuerdo con el gobierno de Colombia.  

Muchos han especulado sobre supuestos acuerdos financieros que habrían facilitado la entrega de los liberados. Esos rumores han sido desechados por el gobierno venezolano, que acusa a enemigos del proceso de paz de difundir versiones de este tipo.  

"Técnicas santanderistas"  

El ministro del interior venezolano, Ramón Rodríguez Chacín, a quien Bogotá señala como el contacto con las FARC, rechazó las acusaciones del general Naranjo.   

El gobierno ecuatoriano considera "muy graves" las acusaciones de Naranjo.  

"Yo le quiero decir al general Oscar Naranjo Trujillo que yo lo conozco bien a él y que si él tiene ese computador, mentiroso, falaz, que quién sabe si existe o no, yo sí tengo un computador verdadero", dijo Chacín, mientras sacaba un equipo portátil que habría sido decomisado al fallecido narcotraficante colombiano, Wilmer Varela, asesinado en Venezuela el mes pasado.  

"Por la información que he procesado allí, deduzco que hay lazos de afinidad, consanguíneos y, más que eso, de negocios, entre este general Oscar Naranjo Trujillo y ese capo de la mafia, Wilmer Varela", aseguró Chacín, quien explicó que un hermano del general cumple condena por narcotráfico en Alemania.  

Chacín dijo sospechar que, ante la posibilidad de que Varela declarara información comprometedora para el alto gobierno colombiano, desde Bogotá lo habrían mandado a matar.  

El ministro venezolano dijo que el gobierno colombiano "manipula, dice mentiras y aduce falacias" en lo que definió como "técnicas santanderistas", refiriéndose al colombiano general Francisco de Paula Santander, considerado como un adversario político del Libertador Simón Bolívar.   

Mientras tanto, en Venezuela, varios partidos de la oposición presentaron su posición conjunta frente a la crisis con Colombia en una de prensa.  

El gobernador del estado Zulia y ex candidato presidencial, Manuel Rosales, considerado como el líder de la oposición, acusó al presidente Chávez de "traición a la patria".  

"Es traición a la patria, porque se respalda un movimiento narco-guerrillero, terrorista y se coloca en actitud de guerra al pueblo de Venezuela defendiendo a esta manifestación de la guerrilla en el mundo", dijo Rosales quien advirtió a Chávez que "está abusando de la paciencia del pueblo de Venezuela".  

Pero, poco después, el general Alberto Müller Rojas, directivo del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela y ex miembro del Alto Mando presidencial, acusó a los opositores de "antipatrióticos".  

"El gobierno venezolano rechaza los calificativos de estas personas que sí pueden considerarse apátridas (...) que están ligados a los aspectos virtuales que marcan la idea del mercado concebidos dentro de la noción del capitalismo", expresó Müller Rojas.  

A diferencia de otras circunstancias tensas, en los medios de comunicación de Venezuela, tanto oficiales como privados, no se ha visto hasta ahora expresiones virulentas en contra de uno u otro país.  

Paradójicamente, mientras desde las capitales se toman acciones que pueden afectar la convivencia binacional por un buen tiempo, la prensa destacan la "normalidad" de la vida que se registra, sobre todo en la zona de frontera.  

Soldado ecuatoriano en la frontera con Colombia

El presidente de Ecuador, Rafael Correa
El canciller venezolano, Nicolás Maduro (Foto: Archivo)
Maduro justificó la expulsión del

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