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Manuel Hernández Villeta

Al Gore va surgiendo como posible candidato presidencial del Partido Demócrata, si se mantiene el tranque entre Obama y Clinton

Getty Images - Al Gore 

Mientras Barack Obama y Hillary Clinton se atacan, el resto del partido demócrata espera por un árbitro capaz de reducir una lucha cada vez más destructiva entre los candidatos a la presidencia estadounidense, y la popularidad de Al Gore vuelve a crecer.  ¿Votarías por Al Gore?  Al Gore, ex vice presidente del gobierno de Bill Clinton, premio Nobel de la paz, conductor en una película premiada con un Oscar, es uno de los 795 "superdelegados" del partido demócrata que pueden elegir libremente entre los dos candidatos a la investidura.   Adversario desafortunado de George W. Bush en las elecciones presidenciales de 2000, donde había sin embargo ganado el voto popular, permanece callado por el momento, mientras algunos consideran que su influencia sería decisiva si concediera su apoyo a uno u otro de los candidatos. 

Otros especulan sobre una candidatura de último minuto para escapar a la alternativa Clinton-Obama. 

Un puñado de partidarios que habían creado una organización para empujarlo a postularse como candidato, algore-08.org, anunciaron que están listos para retomar sus esfuerzos. "Podría pasar que decidiéramos que ya es tiempo de volver a ser activos", se puede leer en un mensaje publicado en el sitio desde hace una semana. 

El miembro del parlamento por el estado de Florida, Tim Mahoney, fue el primero en considerar públicamente que Al Gore sería finalmente coronado por la conveción del partido demócrata a fines de agosto. 

"Si (la carrera hacia la investidura) durara hasta la convención, no deberíamos sorprendernos si encontráramos a alguien diferente (de Clinton y Obama) en la cabeza de la lista", dijo a la cadena de periódicos locales Scripps. 

El periodista del semanario Time, Joe Klein, prosiguió: "¿Y si Al Gore fuera la respuesta (...) al dilema" de los demócratas? 

Por su parte, Al Gore nunca descartó totalmente volver a probar su suerte. 

"No descarto volver al terreno político en el futuro. No lo esperen, pero si regreso, será para ser candidato a la presidencia", dijo él mismo en diciembre. 

Por el momento, son otras las personalidades del partido las que son encuestadas con insistencia. 

John Edwards, poseedor de una veintena de delegados luego de haber peleado las cuatro primeras primarias, permanece mudo, dejando a sus antiguos competidores retomar sus promesas de luchar contra la pobreza. 

La presidenta de la cámara de representantes, Nancy Pelosi, recibió el miércoles una carta de los patrocinadores de Hillary Clinton indignados de que ella considerara que el partido debía posicionarse detrás del candidato que hubiera obtenido la mayoría de los delegados luego de las primarias, una posición defendida por el equipo de Obama. 

Harry Reid, jefe de la mayoría del Senado, aseguró misteriosamente a un periódico de Las Vegas que "se están haciendo cosas" para resolver la crisis. 

En cuanto al presidente del partido, Howard Dean, se mantiene neutral luego de haberse abstenido durante la primaria de su estado de Vermont (noreste) al principio del mes. Dean es sin embargo cada vez más criticado por su gestión del enredo de las primarias de Michigan (norte) y Florida (sureste), ganadas en ausencia de campaña por Hillary Clinton. 

Estos dos estados organizaron unas primarias no reconocidas por el partido, a razón de un desacuerdo sobre la fecha de votación, y nadie más supo desde entonces cómo tener en cuenta a sus votantes.

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