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Manuel Hernández Villeta

Los superdelegados decidirán la convención demócrata

 AP/El ex presidente y Nobel de la Paz Jimmy Carter es uno de los súperdelegados. - AP - Bill Clinton molesto con Richardson

Algunos de los "superdelegados" demócratas que se disputan Barack Obama y Hillary Rodham Clinton son mas "súper" que otros.   A ellos no se les aplica la norma de un voto por delegado. Son prominentes figuras que pueden designar más superdelegados, lo que les da control sobre varios votos. Estos dirigentes pueden tener en sus manos la selección del candidato a la presidencia por el Partido Demócrata.    La elección del candidato demócrata está en manos de los superdelegados, ya que ni Obama ni Clinton pueden alcanzar el mínimo indispensable de votos con los delegados que consiguieron en las consultas estatales. Y su suerte podría depender en última instancia de un puñado de superdelegados que pueden nombrar 76 electores adicionales, un factor que ha pasado casi inadvertido hasta ahora. 

Obama aventaja a Clinton por 140 delegados y ambos se disputan arduamente el apoyo de estas figuras partidarias. 

Ambos apelan a familiares, amigos y allegados para cortejar a los gobernadores, abogados y demás políticos con el rango de superdelegado. Pero algunos de estos superdelegados son más importantes que otros. 

El más poderoso de todos podría ser Art Torres, presidente del partido Demócrata de California y quien todavía no ha dicho por quien votará en la convención partidaria que elegirá al candidato a la presidencia. Torres puede nombrar otros cinco superdelegados, lo que quiere decir que controlará seis votos. 

"Soy el más súper de los súper", comentó entre risas el dirigente californiano. 

El y otros líderes estatales del partido designarán la mayoría de los 76 superdelegados adicionales a nombrarse a último momento, como parte de un arcaico proceso en el que dos tercios de los delegados que votarán en la convención surgen de las consultas estatales, un tercio son figuras prominentes con derecho a voto designadas de antemano y 76 son nombradas por algunos superdelegados con derechos especiales. 

"Son básicamente regalos que se hacen a los presidentes de las ramas estatales del partido", expresó Harold Ickes, el principal estratega de Clinton. 

Los delegados a ser nombrados a último momento constituyen un codiciado botín en una elección tan reñida. Hasta ahora solo 20 de los 56 presidentes de ramas estatales o territoriales se han pronunciado por un candidato, según un estudio del proceso realizado por la AP. Doce apoyan a Obama y ocho a Clinton.

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