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Manuel Hernández Villeta

Los Chinos deberán decidir en las próximas semanas si dialogan con el Dalai Lama, para tranquilidad de los juegos olímpicos de Pekín

El Dalai Lama responde a un reportero al llegar a su hotel en el centro de Seattle, el jueves 10 de abril del 2008. Stephen Brashear / AP foto  

Es tal vez el mayor operativo de seguridad que ha rodeado a la antorcha olímpica desde que inició su recorrido mundial: 16.000 agentes de policía y de seguridad la acompañaron en los tres kilómetros de marcha por Nueva Delhi, capital de India.  Temiendo grandes protestas durante el recorrido de la llama, los organizadores del evento y las autoridades indias recortaron la ruta por Nueva Delhi a tres kilómetros, un tercio de la distancia original prevista.   Según el corresponsal de la BBC en Nueva Delhi, Chris Morris, tres puestos de control policial al principio y al final del recorrido mantuvieron la ruta despejada, de manera que la llama olímpica realizó su paseo lejos de la mirada del público.  Sólo unos 500 dignatarios y un grupo de escolares pudieron ver el recorrido.

 

De esta manera se buscaba evitar episodios como los de Londres, París y San Francisco, donde manifestantes contra la presencia de China en Tíbet lograron perturbar el recorrido de la antorcha.

 

Y las medidas parece que tuvieron éxito, aunque según nuestro corresponsal, el ambiente estaba "apagado" por la falta de público. No se presentaron grandes incidentes, aunque sí variadas protestas.

 

 

 

 

Exiliados tibetanos realizaron una marcha alterna como protesta.

Las rigurosas medidas tenían una razón: India acoge a la comunidad más grande de tibetanos en el exilio, que este mismo jueves realizaron un recorrido alternativo por la ciudad con su propia antorcha, para hacer notar su oposición a la política de China con respecto a Tibet.

 

Celebridades y políticos participaron en esta marcha alterna.

 

Los organizadores del recorrido olímpico tampoco hicieron pública la hora del paso de la llama por Nueva Delhi para evitar las protestas de la comunidad tibetana en India, que cuenta con unos 100.000 miembros, incluido el gobierno en el exilio del Dalai Lama, su líder espiritual.

 

El miércoles al menos 50 tibetanos fueron detenidos por la policía durante una manifestación frente a la embajada de China en la capital.

 

"Hemos tomado toda precaución posible para asegurarnos de que el evento sea pacífico", le dijo a los periodistas Shakeel Ahmed, un alto funcionario del ministerio del Interior.

 

Hay que recordar que, antes de las protestas de los monjes en Tíbet -que dejaron 150 muertos según los tibetanos, 20 según el gobierno chino-, la primera muestra de inconformidad de este año fue una marcha de exiliados en India, que planeaba llegar hasta la frontera con Tibet.

 

Corto recorrido

 

 

Setenta personas portaron la antorcha en relevos

Unas 70 personas, entre las que se incluyen conocidos actores y deportistas indios, portaron la llama olímpica por la avenida ceremonial del centro de Delhi, el Rajpath (vía del Rey).

 

Sin embargo, por el recorte del recorrido, cada uno sólo pudo cargar la simbólica antorcha por unos pocos metros.

 

A principios de abril, El capitán de la selección de fútbol de India, Baichung Bhutia, rechazó portar la antorcha.

 

El jugador es budista y oriundo del estado de Sikkim, en el nordeste de India, una región que es reclamada por China como parte de su territorio.

 

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