Bagdad, uno de los últimos paraísos de la fantasía y el cine, hoy es el infierno en la tierra. El apocalipsis ahora
La Zona Verde en el centro de Bagdad es sinónimo de la intervención estadounidense en Irak y de las dificultades que ha tenido con sus innumerables retenes militares para proteger un cuartel estadounidense, embajadas extranjeras, hoteles internacionales y oficinas de gobierno, todos objetivos ideales para atentados.
Nadie podría asociar a esta zona con un paraíso.
Y, sin embargo, un plan del Pentágono y un consorcio financiero internacional proyecta convertir a la Zona Verde en un gran área de turismo rico.
Adiós a las armas
La Zona Verde del futuro tendrá campo de golf, una gigantesca plaza con lago y palmeras, cafés, negocios con la última moda internacional, salones de masajes en hoteles de lujo, estadio de fútbol, todo a la orilla del río Tigris.
La Zona Verde ha sido objeto de ataques insurgentes.
El Pentágono dio a conocer el primer bosquejo de este proyecto con un costo de alrededor de US$5.000 millones.
El proyecto puede parecer improbable mientras no se consiga la paz, pero ese gran vendedor de ilusiones hollywoodenses que es Estados Unidos calcula que los inversores apostarán por el potencial turístico de esta ciudad histórica.
La cadena hotelera Marriott International se encuentra entre los inversores que ya han apostado a esta nueva Zona Verde.
En negociaciones se encuentran MBI International, C3, una firma de Los Ángeles que quiere construir un parque de diversiones y grupos sauditas.
A fin de cuentas, en los años 90, nadie hubiera dado un centavo por ciudades como Beirut y Sarajevo, sinónimos de guerra y destrucción.
Y ambas han emergido de las cenizas de la guerra y hoy figuran entre los destinos de la industria turística internacional, pese a encontrarse en zonas aún consideradas potencialmente conflictivas.
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