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Manuel Hernández Villeta

Los rebeldes Sin Causa de la vida real, en verdad tenían metas, que la sociedad le fue alejando

Los rebeldes Sin Causa de la vida real, en verdad tenían metas, que la sociedad le fue alejando

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A él lo llamaban ’Rebelde sin causa’, y él llamaba a su coche ’El pequeño bastardo’. Irreverente, indiferente y un poco manipulador. Estas son algunas de las características que se nos vienen a la mente cuando escuchamos el nombre de James Dean, uno de los chicos ’malos’ más atractivos de la historia del cine.

 Lo cierto es que como Dean hay muchos, y no son personajes de ficción. Lo que los chicos buenos ya sabían, ahora es confirmado por los científicos: los tipos ’malos’ realmente consiguen más chicas. Las conclusiones de un estudio, divulgado por la revista ’New Scientist’, pueden ayudar a explicar por qué persisten en la conducta humana rasgos de personalidad antisociales, también conocidos como rasgos ’oscuros’.

 Los llamados rasgos ’oscuros’ son tres: la autoobsesión de narcisismo; el comportamiento impulsivo, adicto a las emociones e insensible de los psicópatas; y la naturaleza engañosa y explotadora de los ’maquiavélicos’.

 En sus puntos extremos, estos rasgos pueden ser sumamente perjudiciales para el desarrollo de la vida en sociedades tradicionales. La gente con estas personalidades arriesga ser evitado por otros y cerrarse a relaciones, lo que los deja solos, hambrientos y vulnerables a ’depredadores’.

 

Pero un ligero toque de maldad no parece hacerle daño a nadie. Al contrario, puede ayudar a tener una prolífica vida sexual. "Hemos conseguido pruebas que nos permiten asegurar que estos tres rasgos son realmente lo mismo, y que pueden representar una estrategia acertada evolutiva", afirma Peter Jonason, de la Universidad del Estado de Nuevo México en Las Cruces, Estados Unidos.

 

Jonason y sus colegas sometieron a un grupo de 200 estudiantes de colegio a diferentes pruebas personalidad diseñadas para clasificarlos en cada uno de los tres rasgos.

 

Los investigadores también indagaron sobre sus actitudes frente a las relaciones de pareja y sobre su vida sexual, incluyendo cuántos compañeros habían tenido y qué tipo de relaciones buscaban.

 

El estudio, presentado por Jonason en la reunión de Comportamiento Humano y Evolución de la Sociedad en Kyoto (Japón), encontró que aquellos que poseen más rasgos ’oscuros’ en su personalidad tienden a tener más compañeros, además de que normalmente buscan relaciones a corto plazo. Pero esta relación sólo se evidencia en los hombres.

 

Una estrategia común en diferentes culturas

"James Bond es un claro ejemplo de este fenómeno", explica Jonason, "es despreciado por muchos, muy extrovertido y le gustan las experiencias arriegadas, matar gente o estar con mujeres nuevas cada día... La estrategia parece funcionar tan bien, que aún hoy se conserva con resultados exitosos", añade.

 

Estos comportamientos parecen ser comunes en diferentes culturas. David Schmitt de Universidad de Bradley en Peoria, Illinois, ha presentado los resultados preliminares del mismo estudio aplicado a 35,000 personas en 57 países.

 

Schmitt encontró un eslabón similar entre estos tres rasgos y el éxito reproductivo en hombres. "Es un hecho universal que se expande a través de las culturas que los hombres con estos rasgos son mucho más activos en relaciones esporádicas" explica Schmitt. "Ellos tienen muchas más probabilidades de usurpar las parejas de sus compañeros para tener algún romance esporádico", añade.

 

Barbara Oakley de la Universidad de Oakland en Rochester, Michigan, dice que los estudios "verifican un hecho sobre el cual muchas personas tienen conjeturas".

 

Por su parte Christopher von Rueden de la Universidad de California en Santa Bárbara, asegura que la importancia de estas investigaciones es que confirman que las variaciones en la personalidad tienen consecuencias directas en la salud.

 

"Aún le queda a los científicos explicar por qué esto no se ha expandido a nivel masivo", afirma Matthew Keller de la Universidad de Colorado en Boulder.

 

Tanto Keller como Jonason sugieren que el uso de estos rasgos es más acertado cuando las características del individuo no resultan comunes para su grupo social, de lo contrario sería mucho más sencillo volverse cautelosos ante ellos, lo que complicaría sus maniobras de conquista.

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