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Manuel Hernández Villeta

La guerra contra la naturaleza, nos lleva al borde del colapso

Una iguana de dos cabezas, Wheezie y Zak, celebran su primer año de nacido. Barbara y Frank Witte son los dueños de la mascota. MCT  Un nadador chino saca algas de la costa de Qingdao, en el este de China, el miércoles, 2 de julio de 2008. Un brote de algas afecta la zona donde se realizarán las competencias de vela de los Juegos Olímpicos. Ng Han Guan / AP Photo

La especies en peligro de extinción podrían extinguirse 100 veces más rápido de lo que se ha anunciado, según ha publicado un grupo de científicos en la revista científica Nature de esta semana. Los ecologistas han señalado que las formas para estimar el periodo de vida de los animales amenazados han sido calculadas de forma errónea, por lo que la desaparición de las especies está sucediendo mucho más deprisa.

  El gorila occidental, el tigro de Sumatra y el oso malayo, el más pequeño de los osos, son algunas de las especies que los ecologistas consideran más vulnerables para dejar de existir mucho antes de lo que se tenía previsto.

 "Algunas especies podrían tener meses en lugar de años de vida, mientras que otras especies no consideradas amenazadas deberían ser catalogadas como en peligro", dice Brett Melbourne, un ecologista de la Universidad de Colorado, en unas declaraciones recogidas por el diario inglés The Guardian.

 A través de un modelo matemático que predice los riesgos de la extinción de una especie, los investigadores se han percatado que las estimaciones de vida tenían en cuenta algunos factores mientras que excluían otros. Hasta ahora los conservacionistas incluían que algunos animales podían morir después de caer de un árbol, también se contaba con amenazas climatológicas, como las olas de calor o las fuertes tormentas, fenómenos puntuales que podían matar especies.

 

Los científicos de la Universidad de Colorado y de la Universidad de California, sin embargo, han descubierto que esos modelos no incluían la proporción de machos en relación a las hembras en una población. Tampoco se tenía en cuenta el éxito reproductivo de los sujetos de la muestra. Cuando se incluyeron estos elementos el peligro de extinción se elevó considerablemente. "Los modelos anteriores podrían subestimar el tiempo de extinción", dice Melbourne, "algunas especies podrían desaparecer 100 veces más rápido de lo que se espera".

 

El descubrimiento plantea una dificultad para los conservacionistas. Los investigadores podrán censar algunas especies como los gorilas de montaña, y especificar el número de individuos de la población, de esta forma determinar la proyección de vida de ese grupo. El problema, sin embargo, radica en otras especies. "Para algunas especies, como los preces de mar, por ejemplo, lo máximo que podrán hacer los biólogos será determinar la abundancia de una especie y la fluctuación de la población", ha añadido Melbourne al diario inglés.

 

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