Blogia
Manuel Hernández Villeta

Fidel Castro reflexiona sobre dictadura de Trujillo e intervención militar yanqui del 65.....El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, ratificó la disposición de su país a conversar con Estados Unidos “en calidad de igualdad de derechos”...¿La transición caminando?

Fidel Castro reflexiona  sobre dictadura de Trujillo e intervención militar yanqui del 65.....El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, ratificó  la disposición de su país a conversar con Estados Unidos “en calidad de igualdad de derechos”...¿La transición caminando?

 

*Reflexiones del compañero Fidel*

*La historia real y el desafío de los periodistas cubanos*

Hace siete días hablé de uno de los grandes de la historia, Salvador

Allende, a quien el mundo recordó con profunda emoción y respeto al conmemorarse el primer centenario de su nacimiento. Nadie, en cambio, vibró

y ni siquiera recordó el día 24 de octubre de 1891, en que —18 años antes

que nuestro admirado hermano chileno— nació el déspota dominicano Rafael

Leónidas Trujillo.

 

Ambos países, uno en el Caribe y otro en el extremo Sur de América,

sufrieron las consecuencias del peligro que previó y quiso evitar José

Martí, quien en su famosa carta póstuma al amigo mexicano que luchó junto a

Juárez, le transmitió un pensamiento que nunca me cansaré de repetir: "Ya

estoy todos los días en peligro de dar mi vida... para impedir a tiempo con

la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados

Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América.

Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso."

 

A nuestra revolución victoriosa le correspondió simultanear la amistad de

Allende y el odio de Trujillo. Este era un Pinochet rústico, engendrado por

Estados Unidos en el Caribe. El déspota había sido fruto de una de las

intervenciones militares yanquis en la isla que comparte con Haití y que

fuera la primera colonia española.

 

La infantería de Marina norteamericana había intervenido en esa República

hermana para garantizar los intereses económicos y estratégicos de su país

—no existía, por supuesto, una Enmienda Platt para encubrir la acción con

una tenue túnica legal.

 

En 1918, recluta entre otros, al aventurero y ambicioso criollo, hijo de un

pequeño comerciante, lo entrena e ingresa con 27 años de edad en el Ejército

nacional. Pasa un curso de capacitación en el año 1921 en la Academia

Militar creada por los ocupantes del país y, transcurrido el mismo, se le

designa como jefe de una guarnición y es ascendido al grado de Capitán por

los servicios prestados a las fuerzas de intervención, sin ostentar el grado

previo de teniente requerido para el ascenso.

 

Al cesar la ocupación yanqui en 1924, Trujillo estaba preparado como

instrumento de Estados Unidos para ocupar altos cargos en la esfera militar,

los que utiliza para el clásico golpe de Estado y las típicas "elecciones

democráticas" que lo conducen en 1930 a la Presidencia de la República. El

inicio de su gobierno coincidió con los años de la Gran Depresión que golpeó

duramente a la economía de Estados Unidos.

 

Cuba, el país más dependiente y maniatado por los acuerdos comerciales,

sufrió las mayores consecuencias de esa crisis. Se añadía la Base Naval y la

humillante e innecesaria Enmienda, que les daba derecho constitucional a

intervenir en nuestra nación, haciendo trizas su gloriosa historia.

 

En el país vecino, con menos dependencia económica directa, Trujillo, hombre

astuto y lleno de ambiciones, manejó a su antojo los bienes de la clase

media y la oligarquía dominicanas. Los principales centrales azucareros y

otras muchas ramas industriales se convirtieron en propiedades personales

suyas. Ese culto a la apropiación privada no ofendía los conceptos

capitalistas del imperio. "Dios y Trujillo", proclamaban en todas partes los

letreros lumínicos. Muchas ciudades, avenidas, carreteras y edificaciones

llevaban su nombre o el de familiares allegados. El mismo año que ascendió a

la Presidencia, un huracán golpeó fuertemente a Santo Domingo, capital del

país. Después de restablecida, la bautizó con su nombre y se llamó

oficialmente Ciudad Trujillo. Jamás se vio en el mundo un caso igual de

culto a la personalidad.

 

Llevó a cabo en el año 1937, en el área de la frontera, una gran matanza de

trabajadores haitianos que constituían su reserva de fuerza de trabajo

agrícola y constructiva.

 

Era un aliado seguro de Estados Unidos. Participó en la creación de Naciones

Unidas y en la fundación de la OEA en 1948. El 15 de diciembre de 1952 viaja

a Washington nada menos que ostentando el cargo adicional de embajador

plenipotenciario ante la Organización de Estados Americanos. Permanece en

ese país tres meses y medio. El 2 de julio de 1954 viaja a España a bordo de

un trasatlántico, que lo transporta a Vigo. Franco, que era ya aliado del

imperio, lo recibe en la estación Norte de Madrid con todo el cuerpo

diplomático.

 

Mi relación con la República Dominicana data de mi época de estudiante

universitario. Había sido honrado con la designación como Presidente del

Comité Pro Democracia Dominicana. No parecía un cargo muy importante, pero,

dado mi carácter rebelde, lo tomé en serio. Sin que se esperara, llegó la

hora propicia. Los exiliados dominicanos impulsan en Cuba una fuerza

expedicionaria. Me enrolo en ella cuando aún no había concluido el segundo

año de mi carrera. Tenía entonces 21 años.

 

He contado en otras ocasiones lo que ocurrió entonces. Después de la

malograda expedición de Cayo Confites, no estuve entre los más de mil

prisioneros llevados al campamento militar de Columbia, encarcelamiento que

dio lugar a la huelga de hambre de Juan Bosch. Habían sido confinados por el

Jefe del Ejército de Cuba, General Pérez Dámera, que recibió dinero de

Trujillo para interceptar la expedición, lo que se llevó a cabo cuando ya se

aproximaba al Paso de los Vientos.

 

Una fragata de la Marina cubana, apuntando con sus cañones de proa a nuestra

embarcación que iba delante, dio la orden de volver atrás y atracar en el

puerto de Antilla. Me lancé al mar a la entrada de la Bahía de Nipe con tres

expedicionarios más. Éramos cuatro hombres armados.

 

Conocí a Juan Bosch, prominente líder dominicano, en Cayo Confites, donde

nos entrenamos, y pude conversar mucho con él. No era el jefe de la

expedición, pero sí la más prestigiosa personalidad entre los dominicanos,

ignorado por algunos de los principales jefes del movimiento y por los

cabecillas cubanos, que contaban con importantes y bien remuneradas

influencias oficiales. ¡Qué lejos estaba de imaginar entonces lo que hoy

escribo!

 

Cuando once años después nuestra lucha en la Sierra Maestra estaba a punto

de concluir victoriosamente, Trujillo otorgó un crédito a Batista en armas y

municiones, que llegaron por avión a mediados de 1958. Le ofreció, además,

transportar por aire tres mil soldados dominicanos, y posteriormente otra

fuerza igual que desembarcaría por Oriente.

 

El primero de enero de 1959, la tiranía de Batista es derrotada por los

golpes contundentes del Ejército Rebelde y la huelga general revolucionaria.

El Estado represivo se desmorona totalmente a lo largo y ancho de la Isla.

Batista huye a la República Dominicana. Con él viajan, entre otros

siniestros personajes del régimen, el conocido esbirro Lutgardo Martín

Pérez, su hijo de 25 años Roberto Martín Pérez Rodríguez, y un grupo de los

principales jefes militares de su derrotado ejército.

 

Trujillo recibe a Batista calurosamente y lo instala en la residencia

oficial de invitados ilustres, enviándolo más tarde a un lujoso hotel. Le

preocupa el ejemplo de la Revolución Cubana y, contando con los altos jefes

del antiguo ejército batistiano y el probable apoyo de las decenas de miles

de los componentes de las tres armas que lo integraban y la policía, concibe

la idea de organizar la contrarrevolución y apoyarla con la Legión del

Caribe, que contaría con 25 mil soldados del ejército dominicano.

 

El gobierno de Estados Unidos, conocedor de estos planes, envía a un oficial

de la CIA a Santo Domingo para entrevistarse con Trujillo y valorar los

planes contra Cuba. A mediados de febrero de 1959 se reúne con John Abbes

García, Jefe de la Inteligencia militar dominicana. Le recomienda enviar

agentes para reclutar elementos inconformes en las propias filas de la

Revolución triunfante. No le informó que el gobierno de Estados Unidos

contaba con William Alexander Morgan Ruderth, ciudadano norteamericano y

agente de la CIA infiltrado en el Segundo Frente del Escambray, que lo

ascendió a Comandante, y era uno de sus principales jefes.

 

El desarrollo de estos acontecimientos, que constituyen una fascinante

historia, está recogido en libros de altos funcionarios de la Inteligencia y

la Seguridad cubanas, testimonios de jefes de unidades del Ejército Rebelde

que participaron en los hechos, autobiografías, declaraciones oficiales de

la época, así como de periodistas nacionales y extranjeros, que resulta

imposible mencionar en esta Reflexión.

 

Hay además un libro en edición, escrito por un compañero que a los 17 años

ingresó en las Milicias, la que por su buena conducta y su mente ágil, lo

pasó a la escolta del Primer Ministro y Comandante en Jefe, donde estudió

taquigrafía, tomó después notas de las conversaciones y recogió el

testimonio de cientos de participantes en los hechos que narra. Se trata de

un capítulo de la historia de la Revolución que está lejos de cerrarse.

 

Como es de suponer, a los principales jefes revolucionarios se nos informaba

constantemente de las noticias que llegaban de los planes enemigos.

Concebimos la idea de asestar un fuerte golpe a la contrarrevolución yanqui,

batistiana y trujillista.

 

Cuando ya las armas enviadas por mar desde la Florida para los golpes

iniciales y los jefes y complotados estaban bajo riguroso control, se simuló

una contrarrevolución exitosa en el área montañosa del Escambray y en

Trinidad, que disponía de una pista aérea. Se aisló el municipio de esta

pequeña y amistosa ciudad y se intensificó el trabajo político

revolucionario.

 

Trujillo se entusiasmaba. Una compañía rebelde disfrazada de campesinos

gritaba en la pista aérea: "¡Viva Trujillo! ¡Abajo Fidel!", de todo lo cual

se informaba a la jefatura en la República Dominicana. Ésta había lanzado

por paracaídas abundante parque. Todo marchaba bien.

 

El 13 de agosto llegó un avión con el emisario especial de Trujillo: Luis

del Pozo Jiménez, hijo de quien fue Alcalde batistiano de la capital y

figura prominente del régimen. Indicó en un mapa las posiciones que debían

ser bombardeadas por la Fuerza Aérea dominicana e indagó la cantidad de

legionarios que se necesitaban en la primera etapa.

 

Con él vino otro enviado importante, Roberto Martín Pérez Rodríguez que,

como ya se mencionó, viajó junto a su padre con Batista en su fuga hacia la

República Dominicana aquel primero de enero. Lo acompañaban varios jefes

mercenarios que venían ya para quedarse. El aparato debía regresar. Era

tripulado por el mismo personal cubano que transportó a Batista en su huida.

 

Yo estaba en las proximidades de la pista de aterrizaje con Camilo

Cienfuegos y otros comandantes rebeldes. El jefe del personal militar cubano

que descargaba las armas y equipos de comunicaciones enviados, interpretó

que debía arrestar a los tripulantes de la nave. Al realizarlo, un copiloto

se percata, dispara contra ellos y se generalizó el tiroteo. Los enviados de

Trujillo y demás jefes mercenarios fueron arrestados. Hubo bajas.

 

Esa misma noche visité a los heridos de ambos bandos. No se podía seguir

adelante con el plan. Hasta entonces todas las comunicaciones entre Trujillo

y la contrarrevolución del Escambray se realizaban por onda corta. La

emisora oficial de Trujillo emitía partes victoriosos similares a los que se

escuchaban desde Radio Swan y Miami en los días de Girón. Nunca usamos las

emisoras públicas de Cuba para propagar informes oficiales falsos.

 

Habría podido proseguirse el juego aun después de tomado el avión y de haber

sido arrestados Luis del Pozo Jiménez y Roberto Martín Pérez Rodríguez,

simulando desperfecto mecánico en la nave aérea que debía regresar, pero

solo al precio de engañar y confundir al pueblo, inquieto ya por las

noticias procedentes del Escambray sobre supuestas victorias

contrarrevolucionarias, difundidas públicamente desde Ciudad Trujillo.

 

Ese 13 de agosto de 1959 cumplía yo 33 años de edad, estaba en la plenitud

de la vida y de las facultades físicas y mentales.

 

Se trataba de una importante victoria revolucionaria, pero a la vez una

señal de los tiempos que vendrían y un triste obsequio que me hizo Rafael

Leónidas Trujillo el día de mi onomástico. Veinte meses después

enfrentaríamos Girón, la violencia y la sangre en el Escambray, en la orilla

del mar, en ciudades y campos de todo el país. Era la contrarrevolución

dirigida por Estados Unidos.

 

En ese país habrían fusilado a Roberto Martín Pérez Rodríguez y a Luis del

Pozo Jiménez como mercenarios al servicio de una potencia enemiga. Los

Tribunales Revolucionarios los sancionaron a prisión y no les tocaron un

pelo. ¿Cuál fue el destino final de Martín Pérez? Emigró a Estados Unidos

legalmente. Es hoy abanderado de la mafia terrorista cubano-americana que

apoya al candidato republicano McCain.

 

Un prestigioso periodista e investigador canadiense, Jean-Guy Allard,

describe el historial terrorista de Roberto Martín Pérez Rodríguez:

 

"... De hecho, de muy joven, ’Macho’ Martín Pérez" (así lo suele llamar) "se

sumó a la policía de Batista y, a fuerza de maltratos a los presos en los

últimos meses del sanguinario régimen, obtuvo el rango de sargento por sus

singulares méritos.

 

"Tan cerca de Batista se encontraban el padre y el hijo que, el Primero de

Enero del año 1959, en lugar de huir hacia Miami, siguieron al dictador a su

refugio de República Dominicana.

 

"... Liberado el 29 de mayo de 1987... en 1989 se integra a la Fundación

Nacional Cubano-Americana (FNCA), creada por la CIA durante el gobierno de

Ronald Reagan.

 

"Pronto dirige el comité paramilitar conformado por esta organización que

asegura el financiamiento, entre otros, del grupo terrorista Alpha 66 y

demás grupúsculos extremistas que actúan contra Cuba.

 

"... Martín Pérez Rodríguez participó en la organización de toda una serie

de fracasados intentos de asesinato del Presidente de Cuba, en distintas

cumbres iberoamericanas.

 

"En 1994, en ocasión de la participación de Fidel en la IV Cumbre, en

Cartagena de Indias, Colombia... adquirió un fusil Barret calibre 50 y

medios explosivos que se trasladaron a Colombia desde Miami... ¡por avión!

 

"... preparó un complot con vistas a la V Cumbre Iberoamericana en 1995, con

Jiménez Escobedo y Eugenio Llameras. Ese año, reactiva este mismo plan en

función de la Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, también en

Cartagena de Indias, Colombia.

 

"En 1997, en Isla Margarita, Venezuela, con la VII Cumbre Iberoamericana de

Jefes de Estado y de Gobierno, Posada monta otra conspiración con el apoyo

directo de Martín Pérez Rodríguez, conjuntamente con otros directivos de la

FNCA..."

 

"... fue firmante de la Declaración de apoyo al terrorismo contra Cuba que

publicó la Fundación el 11 de agosto... Roberto Martín Pérez, Feliciano Foyo

y Horacio García están entre los individuos que Posada designó públicamente

como los ’financieros’ de sus actividades terroristas en su entrevista de

1997 con el *New York Times*."

 

"... apadrinó en Miami una exposición de cuadros de Bosch y Posada, los dos

autores intelectuales del sabotaje contra el avión civil cubano, en 1976, en

el que murieron 73 personas.

 

"En 1998, el gran defensor del ’preso político’ realizó una de sus más

sucias hazañas: con otros cabecillas de la mafia de Miami... llevó al nuevo

jefe del FBI, el muy corruptible Héctor Pesquera, a realizar el arresto de

cinco cubanos infiltrados en las filas de las organizaciones terroristas."

 

"... se conoce su amistad indefectible con Guillermo Novo Sampoll, asesino

del dirigente chileno Orlando Letelier... "

 

"El candidato republicano tiene que enterarse de que su protegido de 73 años

de edad fue el primero en afirmar que el día de su soñada victoria contra la

Revolución cubana pasaría un buldócer desde el Cabo de San Antonio hasta la

Punta de Maisí, para eliminar la actual población de la Isla, culpable de

ser vinculada de una forma u otra a la Revolución.

 

"... en otra oportunidad, al ser interrogado sobre el peligro que se corría

de matar a inocentes en un atentado contra dirigentes cubanos, declaró que

ni le importaba si ’moría el Papa’".

 

La verdad histórica nos recuerda que el padre de John McCain comandó el

asalto anfibio, la invasión y ocupación de República Dominicana en 1965 para

enfrentar a las fuerzas nacionalistas dirigidas por Francisco Caamaño, otro

gran héroe de esa nación al que conocí muy bien y siempre confió en Cuba.

 

Dedico esta reflexión de matiz histórico a nuestros queridos periodistas,

por coincidir con el VIII Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba. Con

ellos me siento en familia. ¡Cómo me habría gustado estudiar las técnicas de

su oficio!

 

La UPEC ha tenido la generosidad de editar un libro que titularon *Fidel

periodista*, que será lanzado mañana por la tarde. Me enviaron un ejemplar,

que contiene varios artículos publicados en órganos clandestinos o legales

hace más de 50 años, con prólogo de Guillermo Cabrera Álvarez y selección,

introducción y notas de Ana Núñez Machín.

 

A Guillermo Cabrera le puse el sobrenombre de El Genio desde mis primeros

contactos con él. Fue la impresión que recibí de aquella fantástica persona

que desgraciadamente murió el pasado año. Había sido operado del corazón

tiempo atrás en nuestro prestigioso Centro Cardiovascular de la ciudad de

Santa Clara, creado por la Revolución.

 

Releí algunos de los artículos divulgados en *Alerta*, *Bohemia*, *La Calle*,

y volví a vivir aquellos años.

 

Ante la necesidad de transmitir ideas, escribí esos artículos. Lo hice por

puro instinto revolucionario. Un principio apliqué siempre: las palabras

deben ser sencillas; los conceptos, inteligibles para las masas. Hoy tengo

más experiencia, pero menos fuerza, me cuesta más trabajo hacerlo. El nivel

de nuestro pueblo, con la Revolución, es mucho más alto; la tarea es más

difícil.

 

Desde el punto de vista revolucionario, no importan las discrepancias; lo

que importa es la honestidad con que se opine. De las contradicciones saldrá

la verdad. Tal vez en otra ocasión valdría la pena hacer el esfuerzo para

expresar algunas observaciones sobre el asunto.

 

Ayer ocurrió un importante acontecimiento, que será tema principal en los

próximos días: la liberación de Ingrid Betancourt y un grupo de personas que

estaban en poder de las FARC, sigla de la organización Fuerzas Armadas

Revolucionarias de Colombia.

 

El 10 de enero del presente año, nuestro embajador en Venezuela, Germán

Sánchez, a solicitud de los gobiernos de Venezuela y de Colombia, participa

en la entrega a la Cruz Roja Internacional de Clara Rojas, quien fuera

candidata a la Vicepresidencia de Colombia cuando Ingrid Betancourt aspiró a

la Presidencia, y fue secuestrada el 23 de febrero de 2002. Consuelo

González, miembro de la Cámara de Representantes, secuestrada el 10 de

septiembre del 2001, fue liberada con ella.

 

Se abría un capítulo de paz para Colombia, proceso que Cuba viene apoyando

desde hace más de 20 años como lo más conveniente para la unidad y

liberación de los pueblos de nuestra América, utilizando nuevas vías en las

complejas y especiales circunstancias actuales después del hundimiento de la

URSS a principios de los 90 —que no intentaré analizar aquí—, muy diferentes

a las de Cuba, Nicaragua y otros países en las décadas del 50, 60 y 70 del

Siglo XX.

 

El bombardeo en horas de la madrugada del primero de marzo de un campamento

en suelo ecuatoriano donde dormían guerrilleros colombianos y jóvenes

visitantes de diversas nacionalidades, con uso de tecnología yanqui,

ocupación de territorio, tiros de gracia a los heridos y secuestro de

cadáveres como parte del plan terrorista del gobierno de Estados Unidos,

repugnó al mundo.

 

El 7 de marzo tenía lugar la Reunión del Grupo de Río en la República

Dominicana, donde se condenó enérgicamente el hecho, mientras el gobierno de

Estados Unidos lo aplaudía.

 

Manuel Marulanda, campesino y militante comunista, jefe principal de esa

guerrilla creada hace casi medio siglo, vivía todavía. Fallece el 26 de ese

mismo mes.

 

Ingrid Betancourt, debilitada y enferma, así como otros cautivos en

precarias condiciones de salud, difícilmente podrían resistir más tiempo.

 

Por elemental sentimiento de humanidad, nos alegró la noticia de que Ingrid

Betancourt, tres ciudadanos norteamericanos y otros cautivos habían sido

liberados. Nunca debieron ser secuestrados los civiles, ni mantenidos como

prisioneros los militares en las condiciones de la selva. Eran hechos

objetivamente crueles. Ningún propósito revolucionario lo podía justificar.

En su momento, será necesario analizar con profundidad los factores

subjetivos.

 

En Cuba ganamos nuestra guerra revolucionaria poniendo de inmediato en

libertad y sin condición alguna a los prisioneros. Entregábamos a la Cruz

Roja Internacional a los soldados y oficiales capturados en cada batalla,

ocupando solo sus armas. Ningún soldado las depone si lo espera la muerte o

un tratamiento cruel.

 

Observamos con preocupación cómo el imperialismo trata de explotar lo

ocurrido en Colombia para ocultar y justificar sus horrendos crímenes de

genocidio con otros pueblos, desviar la atención internacional de sus planes

intervencionistas en Venezuela y Bolivia, y la presencia de la IV Flota en

apoyo de la línea política que pretende liquidar totalmente la independencia

y apoderarse de los recursos naturales de los demás países al sur de Estados

Unidos.

 

Son ejemplos que deben ilustrar a todos nuestros periodistas. La verdad en

nuestros tiempos navega por mares tempestuosos, donde los medios de

divulgación masiva están en manos de los que amenazan la supervivencia

humana con sus inmensos recursos económicos, tecnológicos y militares. ¡Ese

es el desafío de los periodistas cubanos!

*

 

Fidel Castro Ruz

Julio 3 de 2008

4 y 26 p.m.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Isla Margarita, Venezuela.- El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, ratificó hoy la disposición de su país a conversar con Estados Unidos “en calidad de igualdad de derechos” y sin renunciar a los principios de la Revolución Cubana.

 A una pregunta de Prensa Latina sobre perspectivas de las relaciones luego de las elecciones estadounidenses, el ministro afirmó que aunque es muy pronto para adelantar una opinión sobre el tema, Cuba se mantiene invariable en su posición de principios.

 De hecho –precisó- no sabemos cual va a ser el próximo gobierno y sólo hemos oído lo que los candidatos declaran en medio de una campaña que como sabemos está viciada por el dinero, la politiquería y la necesidad de captar apoyo a cualquier precio.

 Entre los principios invariables Pérez Roque incluyó la defensa de su derecho a la independencia, a construir su propio destino sin injerencias ni interferencias externas y aseguró que se mantendrá invariable denunciando y luchando contra el bloqueo económico.

 Seguiremos luchado porque se respete a nuestro país, cesen las campañas de mentiras y los intentos de subversión y de aislarnos, expresó Pérez Roque poco antes de partir hacia una Cumbre de la Comunidad del Caribe (CARICOM) en Antigua y Barbuda.

 “Cuba –agregó- permanecerá al mismo tiempo dispuesta, como hemos dicho en otras ocasiones, a conversar seriamente con las autoridades de Estados unidos, si ellos lo deciden, en calidad de igualdad de derechos, no como país subordinado o dependiente que va ahí de rodillas a pedir perdón”.

 Pérez Roque resaltó que su país conversaría “como nación independiente que cumple 50 años de revolución victoriosa y que ha ganado un lugar en el mundo por su hidalguía y la manera que su pueblo ha defendido su derecho a la independencia y la libre determinación”.

 De manera –apuntó- que si se nos ofrece dialogar y discutir sobre la relación bilateral lo haremos, pero "dentro del respeto a unas normas y unos principios que para cuba son irrenunciables".

 Cuba, puntualizó, no es la que bloquea a Estados Unidos, es Estados Unidos el que bloquea a Cuba. Cuba no intenta aislar a Estados Unidos, es al revés; Cuba no es quien intenta demonizar y mentir y orquestar campañas contra Estado Unidos.

Son ellos los que ocupan un pedazo de nuestro territorio en contra de nuestra voluntad y de manera ilegal; ellos organizaron en el pasado invasiones, terrorismo, intentos de asesinato, sabotajes; fueron ellos, nosotros no, puntualizó.

 Nosotros –apuntó- nos hemos tenido que defender de esos ataques. Hemos sido la víctima de esa política de agresiones que se ha estrellado contra la unidad de nuestro pueblo y la solidaridad internacional, ellos son los que mantienen el bloqueo pese a su aislamiento y pese a que la Asamblea General de ONU de manera casi unánime lo rechaza.

 “Si el intento es de cooperar, en el pasado hemos ofrecido hacerlo en temas nobles e importantes como la lucha contra las drogas y contra la emigración ilegal”, expresó el canciller cubano.

 Estados Unidos, apuntó, es el que mantiene la Ley de Ajuste Cubano (que estimula la emigración ilegal), una ley asesina, responsable de la muerte de seres humanos, ellos son los que manipulan el tema migratorio para utilizarlo en sus campañas contra la revolución.

 “Ellos son los que tienen que decidir que curso adoptar con Cuba. Nosotros seguiremos firmes ahí, en el medio del mar Caribe y de allí no hay quien nos mueva. Como nadie nos podrá mover de nuestra determinación de ser un pueblo libre e independiente”, expresó Pérez Roque.

 El canciller cubano participó en la VII conferencia de Ministros de Información de Países NO Alienados, convocada en la venezolana Isla Margarita del 2 al 4 de julio.

0 comentarios