Se tambalean los mercados internacionales, mientras sigue la crisis económica de los Estados Unidos

 

 

Las acciones en los mercados mundiales cayeron bruscamente este martes, ante los temores de los inversionistas en torno a la debilidad del sistema financiero estadounidense.

 

 

El índice FTSE 100 de Londres registró su nivel más bajo desde octubre de 2005 al perder US$70.000 millones.

 

Luego de una fuerte venta masiva en Asia, los mercados europeos cerraron a la baja lo que se evidenció en los principales índices bursátiles de Londres, París y Frankfurt, los cuales perdieron más de 2%.

 

Los analistas responsabilizaron de esta caída a los crecientes temores sobre la salud de las instituciones financieras de EE.UU. y a la posible repercusión global que esto pueda tener.

 

El petróleo, que volvió a ubicarse por encima de los US$146 el barril, fue otro factor que se sumó a las preocupaciones de los inversionistas.

 

Entretanto, el aumento de la inflación -que en el Reino Unido alcanzó 3,8% el mes pasado- también desconcertó a los inversores.

 

"Confianza debilitada"

 

Los mercados se habían estabilizado cuando los negociantes conocieron los detalles del plan de emergencia gubernamental para apuntalar la confianza de las atribuladas financieras hipotecarias más grandes de EE.UU.: Fannie Mae y Freddie Mac.

 

 

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Pero aunque inicialmente la noticia fue bien recibida, los analistas señalan que el optimismo parece haber desaparecido.

 

"Los problemas que enfrentan Fannie Mae y Freddie Mac ponen de relieve asuntos que aún son fundamentales para el mercado", indicó Henk Potts, estratega de capitales de Barclays.

 

"La realidad es que los inversores siguen observado una inflación galopante, la caída de los precios de las propiedades, la debilidad en los negocios y las encuestas sobre la confianza de los consumidores. Todo esto sigue minando la confianza de los inversionistas".

 

Derrumbe

 

En el Reino Unido, el FTSE 100 bajó a su peor nivel desde 2005 y entre los principales perdedores estuvieron las entidades bancarias Royal Bank of Scotland y Lloyds TSB.

 

Asimismo, el sector financiero en Alemania también fue golpeado luego que el índice DAX cayera 2,7%.

 

 

El índice DAX cayó 2,7% en Alemania.

El principal índice bursátil alemán se aproximaba a su nivel más bajo desde octubre de 2006, al tiempo que se divulgaba un sondeo que apuntaba a que la confianza de los inversionistas se ubicaba en su mínimo histórico.

 

El índice CAC de Francia, que se desplomó 2,3%, enfrenta su peor jornada en más de tres años.

 

Una venta masiva en Asia impactó negativamente al índice Hang Seng de Hong Kong, que se hundió 4%, mientras que el índice Nikkei de Japón, perdió 2%.

 

De las pérdidas registradas en Asia, los bancos fueron los más golpeados al tiempo que los inversionistas se preocupaban de que los problemas en el mercado financiero estadounidense contagiaran a Asia.

 

En Japón, tanto Mitsubishi UFJ Financial como el grupo financiero Mizuho perdieron 5% ante temores sobre su exposición a la deuda de Fannie Mae y Freddie Mac -las cuales poseen o garantizan casi la mitad de todos los préstamos hipotecarios en Estados Unidos.

 

Estas pérdidas ocasionaron que el índice Nikkei de Japón se desplomara 225,60 puntos para culminar la jornada en 12.754,56 -la primera vez que este índice ha cerrado por debajo de 13.000 dese el 15 de abril.

 

En Hong Kong, ICBC -el principal prestamista chino- cayó 4,3% y la entidad financiera China Construction Bank perdió 4,5%.

 

Según el corresponsal de asuntos económicos de la BBC, Andrew Walker, la noticia de que el gobierno estadounidense y la Reserva Federal de ese país estaban listos para ir al rescate de los dos gigantes hipotecarios ha fracasado en su intento por proporcionar tranquilidad a los inversionistas bursátiles sobre el sector financiero en general.

 

Walker indicó que persisten los temores sobre la posibilidad de que se registren más pérdidas crediticias en Estados Unidos y otros países. Además las acciones de los bancos han encabezado los descensos en los mercados de Asia y Europa.

 

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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, levantó la prohibición de exploración petrolera en las aguas costeras estadounidenses, en momentos en que los precios del crudo alcanzan niveles récords.

 

"Los estadounidenses ven que el precio de la gasolina continúa aumentando y esperan ver lo que hará el Congreso", dijo el mandatario.

 

El Congreso se opone a levantar la prohibición por el temor de que las exploraciones marítimas puedan contaminar el ambiente y perjudicar el turismo.

 

Hasta ahora los legisladores no han mostrado disposición a levantar el veto.

 

La prohibición de realizar prospecciones en la plataforma estadounidense la emitió en 1990 el padre del actual mandatario, George Bush, y luego el ex presidente Bill Clinton la amplió.

 

¿Muy tarde?

 

La Casa Blanca estima que la explotación de la plataforma continental podría producir hasta 18.000 millones de barriles.

 

 

La carestía récord de la gasolina es un tema que preocupa a los conductores estadounidenses.

Sin embargo, los críticos de la medida dice que ésta no tendrá efecto inmediato sobre los precios de la gasolina debido a que pasarían años antes de que se pueda comenzar a extraer petróleo.

 

Corresponsales de la BBC en Estados Unidos alegan que la industria petrolera ha venido reclamando durante años que se permita la exploración de la plataforma continental.

 

Pero ahora -añaden- algunos expertos de esa industria consideran que es demasiado tarde.

 

Según ellos, la carestía del crudo ha estimulado la exploración en muchos otros sitios y la demanda hace que no hayan suficientes equipos o personal especializado para llevar a cabo esa tarea.

 

Una de las principales quejas de la industria petrolera es lo que denomina "falta de visión" gubernamental que habría entorpecido el proceso de exploración y análisis.

 

El aspirante a la presidencia de EE.UU. por el Partido Republicano, John McCain, dijo que apoyaba la medida de Bush, mientras que su rival demócrata, Barack Obama, consideró que la prohibición debe continuar

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Siguen los problemas industriales derivados de la crisis económica mundial. Ahora ha sido el turno de General Motors que ha anunciado hoy que despedirá un número sin determinar de trabajadores para recortar sus costes hasta en un 20% y al mismo tiempo recurrirá a los mercados financieros para buscar hasta 3.000 millones de dólares (1.800 millones de euros) en préstamos.

 

Las medidas han sido anunciadas en la mañana del martes por el presidente de la compañía, Rick Wagoner, a un grupo de analistas financieros. Entre las medidas recogidas por el plan se encuentra la reducción de plantilla en sus fábricas de Estados Unidos y Canadá durante 2008, así como diferentes acciones de reducción de costes, como la supresión de la cobertura sanitaria a los jubilados de más de 65 años, a partir del próximo 1 de enero de 2009.

 

La compañía reducirá, a su vez, su capacidad de producción de todoterrenos de gran tamaño en Estados Unidos en 300.000 unidades hasta finales de 2009. Este anuncio se realiza en un momento en el que la tendencia de los estadounidenses ha cambiado hacia vehículos más pequeños. Además, la compañía venderá activos, que espera que permitan aumentar de forma adicional la liquidez entre 4.000 y 7.000 millones de dólares (entre 2.547 y 4.458 millones de euros).