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Manuel Hernández Villeta

Raúl Castro sigue con la idea de la apertura, pero sin dejar las ataduras del regimen de Fidel

 Vistiendo su uniforme de General de Ejército, Raúl Castro pronunció el sábado su primer discurso de 26 de julio.

El antiguo cuartel Moncada -hoy ciudad escolar-, donde Raúl Castro dará un discurso ante unos 10.000 invitados, televisado para todo el país. AP Photo/Javier Galeano  

En un discurso de exaltación histórica y escasas promesas para el futuro, el gobernante Raúl Castro dijo que Cuba no cuenta con los recursos financieros para resolver de inmediato los problemas y advirtió que la población debe acostumbrarse a "no sólo recibir buenas noticias''.

 

"Por muy grandes que sean nuestros deseos de resolver cada problema, no podemos gastar más de lo que tenemos y para sacar el máximo de provecho es imprescindible ahorrar de todo, en primer lugar combustible'', afirmó el mandatario al clausurar en Santiago de Cuba el acto central por el 55 aniversario del ataque al Cuartel Moncada.

 

Vistiendo su uniforme de General de Ejército, Raúl Castro pronunció el sábado su primer discurso de 26 de julio --considerado el Día de la Rebeldía Nacional-- después de ser electo al frente del Consejo de Estado, en febrero de este año. En el 2007 había presidido el acto por la efeméride en Camagüey, pero entonces era jefe de Estado interino.

 

"Hay que acostumbrarse no sólo a recibir buenas noticias (...). Debemos explicar oportunamente a nuestro pueblo las dificultades y así poder prepararlo para enfrentarlas'', explicó Castro en un discurso de apenas una hora.

 

Unas 10,000 personas abarrotaron el polígono de la otrora fortaleza militar santiaguera. Tras la tribuna había una gigantesca tela con la imagen del gobernante retirado Fidel Castro y el lema "Victoria de las ideas''.

 

En primera fila figuraron los comandantes históricos Juan Almeida, Ramiro Valdés y Guillermo García, junto a otros dirigentes de la élite gubernamental, veteranos asaltantes del Moncada y familiares de los cinco espías que cumplen largas condenas en cárceles de Estados Unidos.

 

Se habían forjado múltiples expectativas entre la población de posibles anuncios sobre los "cambios estructurales'' que reclamó el general un años atrás, así como otras esperadas liberalizaciones y reformas de interés general.

 

Pero sus palabras estuvieron vacías de nuevas medidas y se remitieron a la legitimación del pasado histórico y el recuento de los presuntos avances en materia de inversiones hidráulicas, reconstrucción de viales, turismo y distribución de leche durante el último año.

 

Según Raúl Castro, la reconstrucción y ampliación del acueducto de Santiago de Cuba debe quedar concluido para el 2010, lo que permitirá a la segunda ciudad del país solucionar definitivamente los graves problemas de abasto de agua.

 

Señaló que el cumplimiento del cronograma de ejecución de las obras hidráulicas en el oriente de la isla se controla mes por mes con los máximos responsables de las instituciones competentes y manifestó que tres jefes han firmado un compromiso para la fecha de entrega.

 

"Si no lo cumplen, se los entregaremos a ustedes [el pueblo] para que hagan con ellos lo que estimen pertinente'', ironizó el gobernante.

 

Relató además que durante los últimos seis meses se han vendido 52 millones de litros de leche, directamente distribuidos a más de 5,300 bodegas a lo largo del país.

 

También indicó que el turismo alcanza la cifra de 1,309,000 visitantes en lo que va del 2008, lo que marca un crecimiento del 14.8 por ciento con relación al mismo período del año anterior.

 

Y en su única referencia a Estados Unidos, aseveró que Cuba continuará la preparación de su defensa militar con independencia del resultado de las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

 

Reveló que este año se graduaron más de 2,000 oficiales de las escuelas militares --la mayor cifra de la última década-- y anunció que en noviembre se realizará en todo el país un ejercicio militar estratégico bajo el nombre de Bastión 2008.

 

El gobernante informó la decisión gubernamental de celebrar en Santiago de Cuba el "acontecimiento extraordinario'' del 50 aniversario del triunfo revolucionario de 1959.

 

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