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Manuel Hernández Villeta

De obispo a Presidente, en Paraguay, donde la miseria ahoga al pueblo

Fernando Lugo, durante su cierre de campaña. (Foto: AFP)[foto de la noticia] Lugo, durante su investidura.

ASUNCIÓN.- El nuevo presidente de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo, ha dicho tras tomar posesión de su cargo que será "implacable" en la lucha contra la corrupción y ha prometido situar a su país entre las democracias consolidadas del mundo. El nuevo mandatario de Paraguay, que ganó las elecciones en abril, sucede en la presidencia a Nicanor Duarte. Su llegada al poder marca el final de más de seis décadas ininterrumpidas de Gobierno del derechista Partido Colorado, lo que ha generado gran expectativa en una población ávida de cambios y desencantada con una expansión económica que no se traduce en un estado de bienestar. El nuevo mandatario, que no usa trajes ni corbatas y casi siempre calza sandalias, consiguió semanas atrás una dispensa del Papa Benedicto XVI para volver al estado laical, que le permite asumir el poder sin conflictos con la Iglesia tras renunciar a sus hábitos para dedicarse a la política."Hoy termina la historia de un Paraguay", manifestó Lugo en su discurso de investidura, para afirmar seguidamente que las nuevas autoridades, que gobernarán hasta 2013, "serán implacables con los ladrones de su pueblo".Lugo, de 57 años, se emocionó varias veces durante su alocución, seguida en la explanada del Congreso por varios miles de personas, entre ellas nueve presidentes extranjeros y el príncipe Felipe, heredero de la Corona de España.

 

Para lograr aumentar los ingresos del Estado, Lugo ha prometido renegociar al alza con Argentina y Brasil los precios de la electricidad de las empresas hidroeléctricas.

 

En su discurso en la explanada del Congreso en Asunción, ante la mirada de sus homólogos de Argentina, Cristina Fernández, y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el nuevo mandatario ha a la "objetividad y solidaridad" de sus vecinos en ese tema.

 

En la ceremonia también estuvo presente el líder venezolano Hugo Chávez, que considera al ex obispo como un nuevo miembro de su cruzada regional contra EEUU. Lugo, que asume la presidencia de un país que según los índices internacionales es uno de los menos transparentes de la región, ha mantenido hasta ahora un discurso cauto hacia Washington, con quien dijo quiere mantener buenas relaciones.

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En diciembre de 2006, Fernando Lugo Méndez decidió colgar los hábitos y embarcarse en la carrera por la Presidencia de Paraguay.

 

Según las encuestas, el ex obispo nacido el 30 de mayo de 1951 es el favorito para ganar las elecciones del 20 de abril y terminar con los 61 años de gobierno del Partido Colorado.

 

Lugo es el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), que agrupa a diez partidos políticos y más de una docena de organizaciones sociales de izquierda, centro y derecha, encabezados por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), la principal fuerza opositora del país.

 

"Hay una gran esperanza puesta en marcha y no vamos a defraudarla", ha dicho sobre su candidatura.

 

Lugo recibió la ordenación sacerdotal en la congregación del Verbo Divino en agosto de 1977. En 1993 fue designado Superior Provincial de su congregación y en marzo de 1994 recibió el nombramiento de obispo de la diócesis de San Pedro, una de las más pobres del país, donde estuvo hasta 2005.

 

El 29 de marzo de 2006 encabezó la mayor manifestación de protesta contra el mandato de Nicanor Duarte Frutos. Poco después recibió un pedido, refrendado por 100.000 personas, para que presentara su candidatura a la Presidencia.

 

En diciembre de 2006 renunció a la vida sacerdotal y el día de Navidad, en un discurso frente de su casa materna, informó públicamente su determinación de ponerse al servicio del pueblo paraguayo a través de la política.

 

Su renuncia no fue aceptada por el Vaticano y en los primeros días de enero le llegó la suspensión "a divinis" del ministerio sacerdotal. "Es una sanción canónica disciplinaria y, por lo tanto, no puedo ejercer el sacerdocio", ha explicado Lugo.

 

El ex obispo es partidario de la economía mixta, defensor de la propiedad y la inversión privada, así como de la radicación de capital extranjero, al que, según afirma, "hay que darle garantía y seguridad jurídica para que colabore con el desarrollo del país".

 

Defiende la necesidad de realizar cambios profundos en la sociedad, lo que ha generado críticas de sus adversarios, quienes lo han llamado "izquierdista" y partidario de los presidentes de Venezuela y Bolivia, Hugo Chávez y Evo Morales, respectivamente.

 

"Suelo afirmar que Paraguay debe tener su propio proceso, debe ir creando un proceso diferenciado de los otros países, ya sea Venezuela, Ecuador o Bolivia", han sido sus palabras.

 

Lugo afirma que lo han identificado con la izquierda por habar acompañado las luchas de los más pobres, idea que, según ha dicho, ha heredado de la Iglesia. Ha agregado, además, que es un hombre de centro.

 

Con respecto a la integración regional, el ex sacerdote afirma que "Paraguay debe llevarse bien con los vecinos. Creo que el Mercosur debe ser fortalecido y ampliado. No debe ser solamente un bloque comercial o de integración económica, sino que debe fortalecerse como Mercosur Social y Cultural".

 

Además de la presidencia, más de 2.8 millones de censados podrán votar por un vicepresidente, 75 senadores permanentes y suplentes, 160 diputados permanentes y suplentes, 17 gobernadores, 214 concejales departamentales y 36 legisladores del Mercosur.

 

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