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Manuel Hernández Villeta

Roy Jones Jr (L) of the US is on the receiving end against Welshman Joe Calzaghe (R) during their light-heavyweight showdown at Madison Square Garden on November 8, 2008 in New York City, NY. The undefeated Calzaghe recovered from a first-round knockdown, pummeling Jones until the final bell to earn a a unanimous 12-round decision. DON EMMERT / AFP/Getty Images  

Miles de personas en diferentes partes del mundo conmemoran  el 90º aniversario del Armisticio que puso fin a la I Guerra Mundial (1914-1918).

Cuatro años de enfrentamientos en las trincheras entre Alemania y los Aliados cobraron unas 20 millones de vidas y cambiaron el mapa de Europa.

Campo den Flanders, Bélgica, lleno de amapolas de papel con mensajes para los seres queridos.
Amapolas de papel en memoria de los caídos cubrieron los campos europeos.
Una de las principales conmemoraciones tiene lugar en Verdún, en el noreste de Francia, donde tropas francesas y alemanas lucharon durante ocho meses.

Fue la más larga batalla de la guerra y desde entonces Verdún se ha convertido en un símbolo de la reconciliación francogermana.

Al mismo tiempo, la ladera de Verdún también simboliza la horrible ferocidad del conflicto, señala el corresponsal para Europa de la BBC, Jonny Dymond. Durante la guerra alrededor de 60 millones de bombas cayeron en ese pedazo de tierra, transformándola en una virtual fosa infernal.

Sin sobrevivientes

Dos minutos de silencio en York.
A las 11 de día 11 del decimoprimer mes, como cada año, se guardó silencio.
El príncipe Carlos, heredero de la corona británica, y la duquesa de Cornwall fueron los invitados de honor del presidente Nicolas Sarkozy.

Pero ningún veterano francés estuvo presente, señala el corresponsal de la BBC.

Ningún miembro de los dos enormes ejércitos que chocaron en los campos de Verdún sobrevive.

Solo los muertos quedan para ser recordados, y el telón de fondo del servicio fue el osario, que contiene los huesos de 130.000 hombres que murieron en la pelea.

Sarkozy y el príncipe Carlos depositaron coronas en frente de un cementerio con 15.000 tumbas.

A las 11:11 se guardó silencio, marcando el momento -el minuto 11 de la hora 11 del día 11 del mes 11- en el que entró en vigor el Tratado de Armisticio para ponerle fin a la confrontación bélica más sangrienta que había experimentado la humanidad hasta entonces.

El armisticio en sí fue firmado a las cinco de la mañana del 11 de noviembre de 1918 entre los Aliados y Alemania en un vagón de tren en el bosque de Compiegne (Francia).

En el Pacífico Sur

 

Ofrendas en memoria de los caídos.
Las conmemoraciones empezaron en Australia, que perdió 60.000 hombres en la guerra.

 

Horas antes, pero a la misma hora -las 11 del 11 del 11-, en Australia miles recordaron una guerra distante que devastó a una generación.

Don Rowe, presidente de la Liga de Veteranos en New South Wales, le dijo a Phil Mercer de la BBC que las tropas australianas pagaron un alto precio durante el conflicto.

"Éramos una nación joven. Nuestra población a duras penas alcazaba los cinco millones y 60.000 australianos perdieron la vida. Nos tomó generaciones recuperarnos pues afecto a todas las comunidades, a todos los pueblos y todas la ciudades".

Para muchos australianos la valentía de los soldados durante la I Guerra Mundial contribuyó a forjar su identidad nacional.

"Mi tatarabuelo sirvió y murió en la batalla de Somme y yo creo que es importante recordar a todos los que han servido a lo largo de los años", le dijo a la BBC Thomas Wilson, de 17 años de edad.

A principio de este año, los cuerpos de unos 400 soldados australianos y británicos fueron encontrados en una fosa común en las afueras del pueblo francés Fromelles.

Fue otro recordatorio de la terrible pérdida para todas las partes del conflicto en la que entonces era mejor conocida como la Gran Guerra.

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