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Manuel Hernández Villeta

En 'Amarga victoria', Ed Sikov, autor también de las biografías de Billy Wilder y Peter Sellers, habla de Bette Davis como de una de las "figuras más singulares y dominantes que ha producido la historia del cine".

La actriz Bette Davis en su juventud. (Foto: EL MUNDO)

Un equipo de arqueólogos viajará a las profundidades de Stonehenge, el círculo de piedra más famoso del Neolítico, para averiguar cuándo y por qué fue construido y determinar si fue el santuario de Lourdes de la época, un lugar al que se peregrinaba en busca de curación.

 La excavación, que ha comenzado hoy y es la primera desde 1964, tratará de resolver el misterio que ha rodeado a este milenario monumento y que ha cautivado a todo tipo de investigadores desde la Edad Media.   Durante dos semanas, dos de los mayores expertos en la materia, el profesor de la Universidad de Bournemouth, Tim Darvill, y el profesor de la Sociedad de Anticuarios, Geoff Wainwright, culminarán una investigación que ya dura más de seis años. Ambos están convencidos de que la estructura de la llanura de Salisbury, en Wiltshire (Inglaterra), era un lugar de peregrinación al que acudían enfermos desde lugares remotos.  Para seguir adelante con esta hipótesis, los arqueólogos esperan encontrar respuestas en la muerte, ya que algunos de los restos humanos hallados en la zona presentan roturas de huesos y otras dolencias. Además, nuevas técnicas de análisis han confirmado que muchas de estas personas recorrieron grandes distancias para llegar al suroeste de Inglaterra, lo que puede significar que viajaban en busca de una ayuda sobrenatural.  Algunas inscripciones neolíticas del entorno de Stonehenge relatan que existía la creencia de que las piedras eran mágicas y que las aguas locales tenían propiedades curativas. En una zanja de 3,5 por 2,5 metros en el cuadrado sureste, los investigadores tratarán de recuperar fragmentos de los pilares originales del círculo de piedra originario, del que no hay restos visibles. 

Las piedras que se aprecian en la actualidad fueron repuestas años más tarde de la construcción del original y las muestras tomadas en anteriores excavaciones fueron destruidas o mal datadas, por lo que no arrojan una información determinante para solucionar los misterios de Stonehenge. 

Para ello, el análisis de unas pequeñas piedras del centro del círculo será crucial, ya que los arqueólogos creen que han guardado el secreto durante más de 4.500 años. Estos minerales, traídos desde las colinas de Preseli (North Pembrokeshire, en el oeste de Gales), que se encuentran a más de 250 kilómetros del emplazamiento del monumento, podrían pertenecer a los pilares originales y ser claves para aportar luz sobre una sociedad que encaró el ingente reto de elevar este círculo de piedra. 

Con las muestras que se obtengan en la excavación se realizarán pruebas con la última tecnología de datación, la del radiocarbono, algo que puede explicar durante cuánto tiempo se utilizó el círculo de piedra, cuándo fue desmantelado y vuelto a construir. La investigación en el terreno, financiada por la cadena pública británica BBC y apoyada por English Heritage, la entidad que gestiona el monumento, terminará el próximo 11 de abril. 

Si sus resultados revelan el enigma que ha rodeado a Stonehenge durante siglos, se habrá dado un paso en la comprensión de un periodo histórico oscuro, el Neolítico, pero se acabará con el cautivador misterio que lleva a cientos de viajeros a sumergirse mundo de la magia.

Si siguiera viva, la actriz Bette Davis cumpliría 100 años el próximo 5 de abril. Coincidiendo con su centenario, se publica en España la biografía 'Amarga victoria', en la que el historiador de cine Ed Sikov desgrana, mediante entrevistas y un estudio de sus películas, la vida de esa "mujer fuerte, inteligente y original" convertida en "estrella". 

'Amarga victoria' (T&B) es también el título de una de sus películas de mayor éxito, dirigida por Edmund Goulding y en la que Bette Davis, que compartía cartel con Humphrey Bogart, daba vida a una mujer que descubre que tiene un tumor cerebral y que le queda muy poco tiempo de vida, papel por el que fue candidata al Oscar en 1939. 

Fue Humphrey Bogart el que dijo de ella que era "capaz de noquear a cualquiera que no fuera muy grande", y es que Ruth Elisabeth Davis, nacida el 5 de abril de 1908 en Lowell, Massachusetts, dejó huella de su marcado carácter entre todos los que la conocieron y en los millones de espectadores que descubrieron a la estrella en cintas como 'Eva al desnudo', 'La loba', 'Jezabel', 'Qué fue de Baby Jane' o 'La extraña pasajera'. 

Fallecida el 6 de octubre de 1989 en París, como consecuencia de un cáncer de mama, fue en España en donde realizó su última aparición pública cuando recogió el Premio Donostia en la edición de ese año del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, ya que se mantuvo "orgullosamente" activa hasta el día de su muerte. 

En 'Amarga victoria', Ed Sikov, autor también de las biografías de Billy Wilder y Peter Sellers, habla de Bette Davis como de una de las "figuras más singulares y dominantes que ha producido la historia del cine". Sus ojos tan enigmáticos y peculiares, aquellos a los que cantó Kim Carnes en 'Bette Davis Eyes' en 1974, escondían, según Sikov, a una mujer "magnífica y exasperante, luminosa y belicosa a partes iguales"; "una fuerza de la naturaleza, un talento explosivo, que definió y preservó el significado de la palabra estrella durante más de medio siglo", período durante el que "trabajó como una burra".   

El productor Jack Warner, su jefe durante muchos años, la describe como "una tía explosiva con una izquierda potente", y su amiga, la también actriz Ellen Hanley, dice que "fue uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX". 

Dos Oscar en 10 nominaciones

Con dos Oscar a la mejor actriz, de un total de 10 nominaciones, por 'Peligrosa' (1935), de Alfred E. Green, y 'Jezabel', de William Wyler (1938), fue una "veinteañera glamurosa" en cintas como 'El altar de la moda', 'Cautivo del deseo' o 'Una mujer marcada', pero su imagen siempre será la de esa "madurez huesuda, curtida, de rasgos duros adornados por una mancha de carmín rojo" y cigarrillo en mano de cintas como 'La carta' o 'Eva al desnudo'. 

La actriz fue candidata a la preciada estatuilla en otras ocho ocasiones, y rodó más de 80 películas entre 'Bad Sister' (1931) y 'La bruja de mi madre' (1988). 

El Hollywood de los años 30 es "inconcebible" sin su personaje de la "bruja" de Mildred Rogers en 'Cautivo del deseo'; sin Julie Mardsen, la "arpía sureña" de 'Jezabel', o sin Judith Traherne, la mujer "lúcida y segura" de 'Amarga victoria'. 

El cine de los 40 es "inimaginable" sin la asesina sin remordimientos de 'La carta', sin la superviviente de 'La extraña pasajera', sin la Margot Channing de 'Eva al desnudo', cuya interpretación "puso el listón tan alto en 1950 que el resto de la década decepcionó sin remedio", o sin el de la desequilibrada Baby Jane Hudson, que le llevó a representar el enfrentamiento que tenía en la vida real con otra de las grandes, Joan Crawford, en 'Qué fue de Baby Jane'. 

Se casó cuatro veces y tuvo tres hijos, dos de ellos adoptados, pero, según el autor, todos sus maridos la consideraron "problemática, cascarrabias, agresiva y maleducada. Siempre presta a discutir y amiga de la botella". 

Lo cierto es que la Davis llevaba "la beligerancia en las venas", pero también es cierto que sin ella "no hubiera existido otras grandes como Meryl Streep". La diferencia es que esta última "quiere que en el fondo queramos un poco a todos sus personajes", mientras que en el caso de Davis "le importaba un comino" y "si el papel requería que el espectador la odiara, ella hacía que la odiara, por eso la queremos", escribe Sikov.

Bette Davis en su paso por San Sebastián en 1989. (Foto: EFE)

 

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