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Manuel Hernández Villeta

El 'carcelero' de Amstetten pone en juego la solidaridad, la hermandad y los derechos humanos de las sociedades desarrolladas

Puerta por donde se entraba al zulo del 'carcelero'. (Foto: REUTERS)

"Tenemos que arrojar luz sobre cada uno de los aspectos de su vida", ha señalado Franz Prucher, jefe de la policía local.

 

Josef Fritzl ha decidido callar, por el momento, y se ha negado a dar nuevos detalles sobre los diferentes crímenes que se le imputan, según declaró el Fiscal General, Gerhard Sedlacek.

 

Transcurridos unos días desde que se conocieron los crímenes del 'carcelero' de Amstetten, los rumores y las hipótesis rodean el caso.

 

Las sospechas han obligado a entrevistar a las más de 100 personas que en los últimos años han vivido en la casa de Fritzl. Una parte trasera de la casa fue alquilada un tiempo, sin que de momento estos inquilinos hayan declarado algo relevante.

 

En unas declaraciones cuyo contenido ha suscitado controversia sobre la supuesta imprecisión de la transcripción, el jefe de la policía criminalística de Austria, Franz Polzer, señala que "alguien del entorno (familiar) tiene que haberlo sabido".

 

Sin embargo, en la rueda de prensa diaria sobre la evolución del caso, el propio Polzer ha sostenido que la evidencia actual señala sólo a Josef como único autor de los delitos que se le imputan. Al mismo tiempo, la policía ha aclarado que el acusado no tiene antecedentes, ni los tenía cuando su hija desapareció.

 

En las declaraciones previas, el jefe criminalístico señaló que el supuesto cómplice informó de manera "confidencial" a la policía la semana pasada que Fritzl visitaría junto con su hija Elisabeth y sus dos hijos varones a la hija mayor, que sigue ingresada en estado crítico. La policía los esperaba allí tras la denuncia anónima.

 

Más detalles del caso

Polzer también ha afirmado que hay indicios de que el 'carcelero', de 73 años, pensaba desde hace meses acabar con la tortura de su hija. A fines de 2007, le hizo escribir a Elisabeth una carta dirigida a su familia en la que anunciaba que este verano volvería a Amstetten con sus hijos.

 

Esta hipótesis coincide con la información que publica la revista alemana 'Brigitte', que afirma que uno de los hijos que convivían normalmente con la familia en la 'parte alta' de la casa tenía una copia de la llave electrónica que daba al sótano, una información sobre la que no ha hecho ningún mención la policía.

 

Además, también se ha podido saber que Fritzl había instalado un dispositivo eléctrico que permitía que la puerta del 'zulo de los horrores' se abriera parcialmente en el caso de que él desapareciera durante un largo periodo. Con unas herramientas, su hija podría haberla abierto por completo.

 

Poco a poco los detalles más ocultos del caso van saliendo la luz. Como por ejemplo, cómo pudo un ex técnico electricista mantener dos vidas paralelas con su sueldo. Al parecer Fritzl gozaba de una buena posición económica, según revela el registro central de la propiedad en Viena.

 

El jubilado de 73 años está registrado como propietario único de seis bienes inmuebles, repartidos por varias localidades del Estado federado de la Baja Austria. En la lista figuran la propia casa familiar, tres edificios con numerosos apartamentos y locales comerciales, otra casa y un terreno, por un valor estimado de unos 2,2 millones de euros. Ingresos más que suficientes para mantener su secreto sin despertar sospechas.

 

Según informa el semanario vienés 'News', en uno de estos solares adquiridos por Fritzl hace apenas tres años, había hecho mover decenas de metros cúbicos de tierra, aparentemente sin ninguna finalidad, razón más que suficiente para que la policía lo investigue tras destapar el horror de su casa.

 

Un 'asombroso' encuentro

También se ha revelado cómo fue el reencuentro entre Elisabeth, la hija confinada durante 24 años con tres de sus seis hijos, y el resto de su familia. Según los médicos que estuvieron presentes el encuentro fue "asombroso".

 

"Se reunieron el domingo por la mañana y fue asombroso apreciar con qué facilidad los niños se juntaron", dijo en una conferencia de prensa Berthold Kepplinger, director médico de la Clínica Provincial de Baja Austria.

 

El médico Berthold Kepplinger ha señalado que los siete miembros de la familia que residen desde el domingo en la clínica psiquiátrica de Mauer presentan una dinámica familiar muy positiva y hablan mucho entre ellos.

 

Para el pequeño Felix de 5 años, que nació en el sótano y nunca había visto la luz del sol, se celebró ayer una fiesta de cumpleaños. Este niño es el que más apego muestra por su madre Elisabeth.

 

Tanto Felix como Stephan, de 18 años, pasaron toda su vida junto a Kerstin en el sótano. Ambos muestran dificultades de orientación espacial y soportan peor la luz natural.

 

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