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Manuel Hernández Villeta

Barack Obama continúa avanzando a su nominación como candidato presidencial del Partido Demócrata.....Hillary Clinton reconoce las presiones de los demócratas

El precandidato presidencial demócrata Barack Obama sale de un edificio senatorial en Washington luego de realizar ejercicio el martes 13 de mayo del 2008 mientras se desarrollaban las primarias en Virginia Occidental, donde ganó su rival Hillay Rodham Clinton. Lauren Victoria Burke / Foto AP  Seguida por un guardaespaldas, Hillary Rodham Clinton camina en Charleston con un helado y una sonrisa que pareció anticipar su triunfo en las primarias de Virginia Occidental el martes 13 de mayo del 2008. Elise Amendola / Foto AP

John Edwards y Barack Obama, en Michigan, 14 de mayo John Edwards

El ex aspirante a la candidatura demócrata a la presidencia de Estados Unidos, John Edwards, ofreció su respaldo a la campaña del senador Barack Obama.  Dirigiéndose a una congregación de simpatizantes en la ciudad de Michigan en compañía del senador, Edwards dijo que Obama era el único que podría efectuar el cambio duradero que necesita el país.

 John Edwards abandonó la carrera presidencial en enero.    Los votantes demócratas en Estados Unidos han tomado su decisión y yo también

 

 

Los corresponsales dicen que su apoyo le propina un duro golpe a la rival de Obama, la senadora Hillary Clinton, a pesar de su victoria en la primaria de Virginia Occidental el martes.

 

"Los votantes demócratas en Estados Unidos han tomado su decisión y yo también", dijo John Edwards a una emocionada multitud de simpatizantes.

 

 

Lea: Edwards, influencia en la sombra

Liderazgo audaz

 

"Hay un hombre que sabe y entiende que este es el momento para un liderazgo audaz...hay un hombre que sabe en su corazón que llegó el momento para crear un Estados Unidos, no dos - y ese hombre es Barack Obama".

 

Edwards mencionó la necesidad de ayudar a los pobres y ofrecer un mejor sistema de salud, y anunció que el senador Obama había apoyado su nueva iniciativa contra la pobreza, que aspira reducir los índices de pobres en Estados Unidos a la mitad dentro de 10 años.

 

Al comienzo de su discurso, Edwards rindió tributo a la tenacidad de Hillary Clinton, su fortaleza y determinación, y reconoció que ella se preocupaba profundamente de la clase trabajadora en EE.UU.

 

Los analistas señalan que la campaña de Obama esperará que el respaldo del ex senador de Carolina del Norte traiga consigo sus simpatizantes de la clase trabajadora de raza blanca.

 

"Lejos de terminar"

 

Tan pronto Edwards había abandonado la carrera presidencial, tanto Clinton como Obama buscaron activamente su influyente apoyo, pero Edwards fue uno de los pocos que - hasta ahora - se había abstenido de respaldar a alguien.

 

Pero cuando se supo la noticia del respaldo a Obama, la campaña de Clinton desestimó el siginificado.

 

 

Clinton obtuvo una contundente victoria en Virginia Occidental.

"Respetamos a John Edwards, pero como demostraron los votantes de Virginia Occidental anoche, esto está muy lejos de su fin", dijo en un comunicado el director de la campaña de Hillary Clinton, Terry McAuliffe.

 

Hasta ahora en la carrera por la nominación demócrata, Obama ha ganado un mayor número de delegados que decidirán quién será el candidato durante la Convención Nacional Demócrata el próximo agosto.

 

También recaudó más fondos que Clinton.

 

La campaña de la senadora esperaba ganar más adherentes que Obama, sobre todo de los llamados superdelegados, que tienen voto automático en la convención por ser altos miembros del partido.

 

El corresponsal de la campaña presidencial de la BBC, Justin Webb, dice que con el importante espaldarazo de Edwards a Obama, las razones para que Clinton continúe en la carrera se hacen cada vez más escasas.

 

 

 

¿El fin de Clinton?

El ex aspirante a la candidatura demócrata a la presidencia de EE.UU., John Edwards, anunció su respaldo a la campaña del senador Barack Obama.

 

Según los corresponsales de la BBC, este apoyo le propina un duro golpe a la senadora demócrata Hillary Clinton, quien también aspira a ser la abanderada del partido en las elecciones presidenciales de ese país.

 

Clinton ganó la primaria de Virginia Occidental el martes.

 

Lea: Edwards respalda a Obama

 

Sin embargo, hasta ahora Obama ha ganado un mayor número de delegados que decidirán quién será el candidato durante la Convención Nacional Demócrata el próximo agosto.

 

De acuerdo con los analistas, ninguno de los dos candidatos demócratas ha logrado dar un vuelco electoral definitivo, pero indicaron que la ventaja de Obama se ve cada vez más dificil de superar.

 

¿Cree que ahora que John Edwards le dio el apoyo a Obama es tiempo de que Hillary Clinton abandone la contienda? ¿Por qué?

¿Deben ambos candidatos pelear por la nominación hasta el final?

 

¿Podrán los demócratas unirse en torno a un solo candidato a la presidencia de EE.UU.?

 

Como candidato, John Edwards nunca tuvo realmente oportunidades grandes de ganar la nominación demócrata, mucho menos la presidencia estadounidense.

 

Tiene la energía y una buena apariencia para competir por la Casa Blanca, pero siempre iba a provocar menos entusiasmo en las filas de su partido que la perspectiva de escoger entre el primer presidente negro de la nación o la primera mujer al frente de la Casa Blanca.

 

Pero curiosamente, desde el momento en que dejó la contienda a fines de enero, ha ejercido más influencia sobre el proceso de nominación que cuando era parte de éste.

 

Aún antes de que decidiera jugar la carta del "kingmaker" (algo así como "hacedor de reyes", alguien que puede tener un papel definitivo en una nominación), en Michigan, Edwards planeó el territorio político en el cual se peleó gran parte de la competencia entre Obama y Clinton.

 

 

Participe: ¿El fin de Clinton?

Después de todo, fue Edwards quien hizo de las "clases lastimadas" el campo de batalla clave para el Partido Demócrata. Son los trabajadores, gente sin preparación, que nunca fue al colegio y que está temerosa de la recesión y del aumento de los precios de la gasolina y los alimentos.

 

John Edwards se autonombró el campeón de esta clase. En los recorridos de campaña habló de manera incesante de casos en los que las familias habían sufrido porque no podían pagar seguros médicos adecuados.

 

Dondequiera que lo veía, se hallaba en el estrado rodeado de voluntarios de campaña que provenían del movimiento sindical, quienes lo respaldaron durante toda su campaña.

 

Campo de batalla crucial

 

No es coincidencia, seguramente, que el campo de Obama haya decidido hacer público el respaldo de Edwards un día después de que Hillary Clinton le diera una paliza a su candidato en West Virginia, uno de los estados dominados por la clase de votantes a los que se dirigía y de los que Edwards hablaba.

 

  El veredicto de la historia podría ser que terminó escribiendo el guión que sus dos rivales han seguido, pero de alguna forma nunca fue el mensajero correcto

 

Obama batalló enormemente con esa demografía y no sólo en West Virginia. Ése fue un factor importante al perder otros estados cruciales como Ohio y Pensilvania.

 

Tener a Edwards de su lado es una manera de llegar a esa circunscripción de clase trabajadora (y blanca) que será campo de batalla crucial en noviembre.

 

Hay también otras consecuencias prácticas que son posibles.

 

Edwards, por sí mismo, sólo ganó un puñado de delegados, y, de cualquier manera, éstos no tienen por qué obedecer a sus deseos sobre cómo votar en la conferencia de verano.

 

Pero este respaldo largamente pospuesto podría llevar a otros superdelegados a empezar a declararse también a favor de Obama.

 

Si hay un goteo que lleve a una avalancha, incluso la formidable Hillary Clinton podría ser forzada a admitir que hasta ahí llegó todo.

 

Titulares desafortunados

 

 

Se le ve con pasión, pero sin la chispa de optimismo que buscan los estadounidenses en sus líderes.

¿Qué decir del mismo Edwards? Bueno, el veredicto de la historia podría ser que terminó escribiendo el guión que sus dos rivales han seguido, pero de alguna forma nunca fue el mensajero correcto.

 

Tenía toda la energía -en Iowa hizo 36 horas en autobús en un recorrido salpicado de encuentros para hablar- pero es posible que su mensaje sobre la pobreza, desigualdad y cuidados de salud inadecuados careció del brillo de optimismo que los estadounidenses buscan en sus líderes.

 

Y hubo una serie de desafortunados titulares. Él era el campeón de los pobres famoso por un corte de pelo de US$400 y una casa de 27.000 metros cuadrados.

 

Pero tiene pasión, y es escuchado por parte del electorado del Partido Demócrata... Pronto descubrirá cuán influyente sigue siendo si acuerda realizar algunos de los pesados avances de Obama en los pueblos acereros y mineros de EE.UU. en octubre.

 

 

 

 

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