Blogia
Manuel Hernández Villeta

Edward Kennedy con un tumor celebral maligno..... El legado de los Kennedy está ahora en Barak Obama

El precandidato presidencial demócrata Barack Obama es escoltado a la tribuna por miembros tribales durante un acto de campaña en Crow Agency, Montana, el lunes 19 de mayo del 2008. Chris Carlson / Foto AP  El precandidato republicano, John McCain, en su discurso ante los miembros de Asociación Nacional Restaurantera el domingo 19 de mayo del 2008, en Chicago. McCain acusó al demócrata Barack Obama de tener un juicio inexperimentado e imprudente al decir que Irán no representa una amenaza seria para Estados Unidos. Jeff Chiu / Foto AP  

Los kennedys pasaron la antorcha a Barak Obama para las elecciones presidenciales de este año 

El senador demócrata estadounidense Edward ’Ted’ Kennedy, hermano del presidente asesinado, padece un tumor cerebral maligno, según ha anunciado un hospital de Massachussets. El político, que fue ingresado de urgencia hace tres días tras sufrir convulsiones, deberá someterse a un tratamiento de quimioterapia y radioterapia, según ha confirmado el doctor Lee Schwamm, vicepresidente del servicio de neurología del centro sanitario.

 "Los resultados preliminares de la biopsia cerebral han arrojado que la causa de las convulsiones es un glioma maligno en el lóbulo parietal izquierdo", según un comunicado difundido por el hospital, en el que se precisa que "el tratamiento habitual es una combinación de quimioterapia y radioterapia".

 El senador, de 76 años, elegido por Massachussets en 1962, tendrá que estar hospitalizado al menos durante dos días más, según han indicado los médicos, quienes han asegurado que el político goza de "buena moral y plena energía".

 

Un glioma es un tumor benigno o maligno alojado en las células nerviosas del encéfalo o la médula espinal.

 

Edward Kennedy es uno de los senadores más veteranos, preparados y respetados de la política estadounidense. Pero, sobre todo, es un Kennedy. Hermano de un mito, el presidente J. F. K., y de una leyenda, el senador Bobby Kennedy, ambos asesinados en los años sesenta, Ted lleva escrita en su ADN la historia de Estados Unidos. Conscientes del peso de su experiencia como político, como demócrata y como miembro del clan estadounidense más importante del siglo XX, nueve editores lucharon esta semana por conseguir los derechos sobre sus memorias, que finalmente publicará la editorial Hachette Book Group USA previsiblemente en 2010.

 

Los términos económicos del acuerdo no se han hecho públicos pero según Associated Press, fuentes de la editorial confirmaron que Ted Kennedy cobrará entre seis y siete millones de dólares. La suma, a caballo entre lo que cobraron Hillary Clinton y Tony Blair, se destinará en parte a fines benéficos.

 

"He tenido la suerte de crecer en el seno de una familia extraordinaria y de vivir desde la primera fila eventos clave de la historia de nuestra nación. Espero que mis reflexiones puedan contribuir a la comprensión profunda de muchos acontecimientos de la historia de este gran país y de una de las grandes familias de Estados Unidos", declaró Kennedy en un comunicado oficial.

 

"Es un hombre que ha hecho historia y que es historia. Su perspectiva es única y sería una lástima y una gran pérdida que sus experiencias no quedaran registradas por escrito", ha dicho Jonathan Karp, el editor que ha conseguido los derechos sobre el libro.

 

Ted Kennedy recordó ayer un tiempo, en los años sesenta, cuando él llegó al Senado con poco más de 30 años, en el que un joven presidente, su hermano John, guiaba a esta nación por el esperanzador camino hacia una Nueva Frontera. Era una época de angustia y enfrentamiento por Vietnam, por los derechos civiles, por la libertad. Pero una nueva generación, hambrienta de cambio, supo romper con la vieja política y enseñarle al mundo la imagen de una América pacífica y soñadora. "Hoy veo el mismo hambre en esta nueva generación de norteamericanos y veo al líder con la energía y el poder de liderazgo para buscar esa Nueva Frontera. Y veo que ese líder es Barack Obama, que no sólo tiene la audacia de la esperanza sino la capacidad para hacerla realidad".

 

"Barack Obama", prosiguió, emocionado, Kennedy, "es el líder que conseguirá cerrar el capítulo de una política basada en raza contra raza, sexo contra sexo, etnia contra etnia, jóvenes contra viejos. Él será el presidente que unirá a este país para conducirlo en esta nueva misión hacia un nuevo lugar de grandeza en el mundo".

 

Junto al viejo patrón, estuvieron ayer en la American University, en Washington, apoyando a Obama, Caroline Kennedy, la hija del ex presidente, y su primo, el congresista Patrick Kennedy. Todo el peso, por tanto, de la única familia real de EE UU en este momento inolvidable en el que, por primera vez en la historia, los Kennedy ponen la ilustre memoria de su apellido en manos de un candidato presidencial. Y lo han hecho, precisamente, en las manos de un joven negro sin tradición política ni más conexiones y méritos que los que él mismo ha conseguido con la fuerza de su discurso.

 

Es un momento crucial de la historia americana. La familia Kennedy ha pasado la antorcha a un hombre muy alejado del establishment político. Le tocará ahora a él, a Barack Obama, defender todo el legado de esperanza, de paz y de lucha por los derechos humanos que John y Bob Kennedy representan ante los ojos de millones de estadounidenses y de muchos millones más en todas partes del mundo.

 

Sólo la emoción y el poder testimonial de la ceremonia de ayer son suficientes para calificar el apoyo dado por Ted Kennedy a Obama como el más determinante de esta campaña. De hecho, Hillary y Bill Clinton intentaron por semanas conseguirlo o, al menos, evitar que el veterano senador de Massachusetts se pronunciase a favor de su rival. Clinton tiene más senadores a su lado, pero nadie iguala el poder simbólico de Kennedy. No fue posible. La semana pasada, Kennedy llamó por teléfono a Bill Clinton y le comunicó sus intenciones.

 

El apoyo de Kennedy no se quedará sólo en el espaldarazo de ayer. Kennedy viajará inmediatamente con Obama a California y hará campaña junto a él en varios Estados del país con vistas al decisivo supermartes (5 de febrero), cuando se celebran caucuses y primarias en más de 20 Estados.

 

La presencia de Kennedy refuerza a Obama en varios ángulos importantes. Para empezar, pone fin a cualquier sospecha de que Obama no es lo suficientemente de izquierdas o lo suficientemente demócrata. Nadie supera a Kennedy por la izquierda en este país y nadie le gana en credenciales demócratas. Después, Kennedy puede ayudar mucho al candidato demócrata a ganar apoyos entre dos sectores que se le resisten, el de los sindicatos y el de los votantes hispanos. Kennedy es un auténtico caudillo en el mundo sindical y un líder respetado entre los electores que hablan español.

 

0 comentarios