Blogia
Manuel Hernández Villeta

La oposición se puede hacer del poder, luego de Lula

Las elecciones municipales celebradas el domingo en Brasil situaron al gobernador de Sao Paulo, José Serra, en el lugar más ventajoso en la línea de salida para la carrera presidencial del 2010, según los analistas políticos.

Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), salió fortalecido después del abrumador triunfo de su ahijado político, Gilberto Kassab, en la ciudad de Sao Paulo, mayor metrópoli del país.

Kassab, del partido Demócratas, competía contra Marta Suplicy, del gubernamental Partido de los Trabajadores (PT), que había recibido el vehemente apoyo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en mítines y diversos actos de campaña.

El PSDB, de centro, y Demócratas, de derechas, son aliados tradicionales y se han apoyado mutuamente en las últimas elecciones

presidenciales.

El gobernador de Sao Paulo ya se presentó a las presidenciales en el 2002 y fue derrotado por Lula, pero ahora emerge de nuevo como el aspirante con más opciones de entre los partidos de oposición, una situación que desde hace meses también apuntan las encuestas.

''Serra ya estaba muy bien posicionado y, con la reelección de Kassab, sale realmente fortalecido para ser elegido candidato de su partido en las presidenciales del 2010'', dijo la analista política María do Socorro Braga, de la Universidad Federal de Sao Carlos.

La victoria de Kassab, que obtuvo el 60.72% de los votos en Sao Paulo, supuso un revés para el PT y personalmente para Lula, de quien partió la decisión de nominar a Suplicy para la alcaldía y quien ha declarado públicamente que quiere designar

a su sucesor a la presidencia

en el 2010.

Lula llegó a dar pistas de que su intención para el 2010 era elegir a una mujer, lo que se ha interpretado en Brasil como un amparo implícito a la ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff, pero que no le cerraba las puertas a Suplicy en caso de que consiguiera el espaldarazo de una victoria en Sao Paulo.

Desautorizado en las urnas, el presidente podría tener que verse obligado a replantear la estrategia para el 2010 e incluso aceptar un candidato de fuera de su partido, consensuado con aliados como el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el que más

alcaldes ha conseguido en estas elecciones.

El dirigente brasileño ya ha explicado que prefiere pactar un único candidato para toda la base aliada de partidos y así aunar fuerzas frente a la oposición.

Para encontrar un candidato popular y de consenso, el oficialismo podría tener que recurrir hasta a un nombre que hoy está en el opositor PSDB: el gobernador de Minas Gerais, Aecio Neves, quien podría ver con buenos ojos un cambio de partido, puesto que Serra le cerraría el paso en la carrera presidencial.

Este político también salió reforzado en las elecciones municipales con el triunfo de su protegido, Marcio Lacerda, para la alcaldía de Belo Horizonte, la capital regional.

Lacerda tenía el respaldo de un amplísimo abanico de partidos entre los que se encontraba el PT y el PSDB de Neves.

''Belo Horizonte y Minas Gerais mostraron a Brasil que sí es posible superar diferencias entre los partidos'', afirmó Neves tras el anuncio de la victoria de Lacerda.

No obstante, el matrimonio entre PT y PSDB en Belo Horizonte es improbable que se repita a escala nacional, por lo que Neves tendría que abrazar el PMDB si quiere repetir la carrera presidencial de su abuelo, Tancredo Neves, electo como primer presidente de la democracia, pero que murió antes de la posesión en 1985.

Ideológicamente, el PMDB está próximo al PSDB, por lo que no sería descabellado un cambio de afiliación, una práctica común en la carrera de casi todos los políticos brasileños.

Con Neves, el PMBD, que tiene la principal minoría en el Congreso, encontraría para el 2010 un candidato ideal, que no pudo tener en las presidenciales del 2002, cuando las divergencias entre las diferentes tendencias que lo componen hizo imposible la unión del partido en torno de una figura.

0 comentarios