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Manuel Hernández Villeta

Los cuadros estadísticos más sombríos hablan en el 2008 de 854 millones de hambrientos en el planeta.

 

 

 El aumento de los precios de los alimentos y la escasez de algunos productos agrícolas, seguirá siendo un problema preocupante en el 2008 para los 854 millones de hambrientos del planeta.  Esta tesis se desprende de las últimas evaluaciones hechas por economistas y especialistas sobre la materia, que se sumaron esta semana a un diagnóstico poco halagador de la FAO, el cual lanzó un llamamiento contra la hambruna en el mundo. Durante una conferencia de prensa en Roma, el director de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, advirtió que este flagelo "amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas, en particular a los países más pobres del mundo".

   La FAO estima además que los Países de Bajos Ingresos con Déficit de Alimentación (PBIDA) pagaron por alimentos importados un 25 por ciento más que el año anterior, esto es una cifra superior a los 107 mil millones de dólares.

   Los cálculos más alarmantes se refieren a productos básicos como el trigo, cuya cosecha del año 2007 es considerada la peor desde 1998. 

  Pero no sólo los sectores considerados más vulnerables se vieron afectados en 2007. En varios países, el alza de precios afectó costumbres culinarias consideradas ancestrales.

   Mientras en México se registraron varias manifestaciones en protesta por el incremento en el precio de la tortilla, los italianos declararon a mediados de la semana una huelga sin pastas, mientras en Alemania hubo quejas por el precio de una jarra de cerveza. 

  Pero, el trago más amargo del año que concluyó fue la brusca subida de las materias primas, que aumentaron un 40 por ciento en relación con el 2006.   Los pronósticos para el 2008 no son nada halagüeños, ya que los expertos calculan una existencia de 420 millones de toneladas, la más baja desde 1983, por lo que bien podrá pensarse ya en un incremento del hambre para el llamado Tercer Mundo.

   A esta situación se sumará este año la profundización de la política norteamericana de los biocombustibles a partir de cultivos como el maíz.   Hoy en Estados Unidos, el 30 por ciento de la producción del grano se destina a biocombustibles, dijo recientemente Frank Messias, profesor y economistas de la Universidad de Columbia.

   Subrayó que si se aumenta el precio del maíz, automáticamente también sube el costo de los alimentos de todos aquellos animales que el hombre consume y cuya dieta incluye ese grano.

   De todos modos, vaticinó que próximamente el mundo verá el reemplazo del maíz u otros cultivos como soja o caña de azúcar para la elaboración de estos combustibles.

   Según datos de la FAO, desde 2003 se duplicó el uso de maíz para biocombustibles y prevén que la demanda aumentará 12 veces hasta 2016.   La economista jefe de la FAO, Concepción Calpe, dijo a la prensa que existen elementos fundamentales que indican que se van a mantener los precios altos por lo menos otros 10 años.

1 comentario

Victor Ml. Hernández P. -

Es lamentable esta situación y me preocupa bastante porque en nuestro país pasabos por una gran pobreza y nuestros representantes alquilan nuestras fuentes de producción y se roban nuestro dinero.
http://rinconderecortes.blogspot.com