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Manuel Hernández Villeta

Mientras el petróleo sube, crecen las maniobras políticas y económica para controlarlo

Japón se robotiza
Japón se robotiza

En esta foto del 28 de marzo del 2006, el buque de prospecciones Discoverer Deep Seas aparece frente a la costa de Luisiana en un lugar en el que la empresa Chevron busca crudo en el Golfo de México. El presidente George W. Bush pidió el miércoles, 18 de junio del 2008, al Congreso que derogue la prohibición de realizar prospecciones de crudo y gas en la plataforma submarina continental, e insistió que Estados Unidos debe aumentar su producción de energía. Alex Brandon, Archivo / Foto AP  Fadi Sabbagh, dueño de una gasolinera en Paterson, Nueva Jersey, llena un tanque de gasolina, con un precio de 4,05 dólares por galón, el lunes 16 de junio del 2008. El crudo subió a un récord de casi 140 dólares por barril durante la jornada. Mike Derer / AP Foto

Viena (PL) El petróleo registra una sostenida tendencia alcista que lo llevó a marcar esta semana máximos históricos por encima de los 140 dólares el barril, lo que impacta con fuerza en las economías de los subdesarrollados.

 Esa cifra es casi 13 veces superior a los valores de finales de la década de 1990.  En la última Cumbre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del 2007, en Qatar, el tema de los altos precios de los hidrocarburos fue uno de los aspectos más discutidos debido a la manipulación que hace Occidente de este asunto. La OPEP diseñó un mecanismo de bandas para intentar acoplar las cotizaciones mediante acciones conjuntas de todos sus miembros.

 La orientación alcista de los hidrocarburos se atribuye a los más diversos factores, desde cambios en los parámetros de los buques de transporte hasta la insuficiente capacidad de procesamiento.

 Los más convincentes son, sin embargo, los elementos geopolíticos, la especulación del mercado, el inapropiado alto consumo de Estados Unidos y las tensiones en regiones donde se concentran importantes reservas del llamado oro negro.

 En ese entorno se ubica la invasión y ocupación estadounidense de Iraq, justificada con el pretexto de combatir el terrorismo.

 En realidad, muchos analistas aseguran que Washington busca apropiarse del petróleo de esa nación para tener un suministro estable y capaz de cubrir sus enormes niveles de despilfarro.

 Según datos del Departamento de Energía, Estados Unidos mantiene una demanda superior a los 20 millones de barriles diarios, equivalentes a cerca del 25 por ciento del consumo mundial, en contraste con las políticas de ahorro y eficiencia energética implementadas en varios países.

 Washington, sin embargo, encabeza las presiones sobre la OPEP para lograr un incremento de las cuotas oficiales de producción, con el argumento de que los elevados precios responden al insuficiente bombeo.

 Un componente importante en el alza de las cotizaciones está en la especulación, pues los fondos de inversión incursionan cada vez con mayor frecuencia en los mercados a futuros en busca de ganancias.

 Unido a ello está la debilidad del dólar, la cual impulsa a quienes atesoran dinero a buscar refugio en una relación de activos que incluyen a metales como el oro y la plata, además de productos básicos de la talla del petróleo.

 En estas condiciones, es difícil predecir cuando podrá terminar la escalada del petróleo, ya que los factores responsables de esa tendencia trascienden la relación producción y consumo.

 La empresa inversionista Goldman Sachs, pronosticó que a finales de este año el precio del crudo deberá oscilar entre los 150 y 200 dólares el barril.

 La posibilidad de que el precio por barril llegue a los 200 dólares en un período de entre seis y 24 meses, es cada vez más probable, comentó el analista de la Goldman Sachs, Arjun N. Murti.

 

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