El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, gesticula mientras habla ante la Cámara de Comercio, en Washington.
El Fondo Monetario Internacional es un policía, un vigilante de las nacionesdesarrolladas. Regularmente, sus directrices no benefician a los países pobres, sino a las grandes potencias. El FMI parece más bien interesados en recobrar los intereses de prèstamos internacionales, que en salvar a los pueblos pobres del desarrollo.De una relación con el Fondo, no saldrá nada positivo para nuestros países. Los controles fiscales que esa organización puede poner, no son estilizados para favorecer el desarrollo de nuestros pueblos, sino para vigilar la forma en que se administran los recursos económicos.
Pero se da el caso, de que solo pensar en la posibilidad de que un organismo internacional sea quien determine nuestro desarrollo económico, y el pago y distribución de nuestras acreencias, es sinónimo de que nos tenemos que revisar.
El FMI es un gendarme que con su apriete de cintura a gobiernos de turno, bajo el alegato de que se busca mejorar la situación económica, no ha pasado de ser sepulturero de pueblos.
Hace poco más de una década, las medidas tomadas por el FMI fueron extremas. Quisieron que la crisis económica y social, fuera pagada por las víctimas. Tomó medidas de reajuste, que golpearon más a los pobres, y se produjeron pobladasen los países del llamado tercer mundo.
Nosotros vivimos una poblada, en el gobierno de Salvador Jorge Blanco. La misma fue producto de esos reajustes económicos mandados por los organismos fiduciarios internacionales. Otras causas influyeron en esas pobladas, las cuales analizaremos en su oportunidad, pero ahora nos quedamos con la parte de los organismos internacionales.
Yo no creo en salvadores. En instituciones o personas que siendo los responsables de la crisis, tratan de dar pautas, y de presentarse como salvadores.
El FMI no pasa de ser un policía internacional, un cocinero, cuya receta es mejor que no se mantenga en la República Dominicana.
Es mentira, que traerá progreso y bienestar para el país un nuevo acuerdo con el FMI. Por el contrario, nos tendremos que ajustar más las correas, por que sus dictados no huelen a pueblo.
Dejémonos de pamplinas, lo mejor para el país es que se vaya por siempre el FMI.
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