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Manuel Hernández Villeta

El separatismo es una espina en el corazón de Rusia

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La reafirmación de las repúblicas rebeldes de Abjasia y Osetia del Sur de conseguir un reconocimiento a sus proyectos separatistas sitúa hoy a Rusia ante la encrucijada de una difícil decisión. Serbia advierte contra nuevos reconocimientos de separatismo kosovar . El conteo regresivo en torno al controvertido tema se estrechará este miércoles, pues según la agenda, el parlamento fijó para este miércoles una nueva discusión. 

  Abjasia y Osetia del Sur, enfrentadas en una añeja pugna con Georgia por el derecho de autodeterminación, al igual que Transdnester con Moldova, recaban en estos momentos del apoyo moral de la Federación, incluido el gobierno y el parlamento. 

  Los llamados conflictos congelados en el espacio postsoviético, que datan de la década de los años 90 del pasado siglo, sin duda han resurgido con ímpetu en los últimos tiempos, bajo la influencia de Kosovo.   Analistas refieren a una impronta balcánica en los procesos separatistas de Trascaucasia, alentados sobre todo luego del apoyo a Pristina de Estados Unidos y de algunos países europeos. 

  Más aun, algunos expertos consideran la cita parlamentaria en la Duma como “una respuesta rusa a Kosovo” o simple advertencia a Occidente, según un comentario del periódico Tiempo de Noticias.   El vicepresidente del parlamento de Osetia del Sur, Tarzan Kokoity, dijo al defender la posición de Tsinvalí que los tres casos eran merecedores de la independencia, más que Kosovo.

 Aseguró que más temprano que tarde conseguirán ese propósito.   Tras recibir con beneplácito la suspensión por parte de Moscú a las sanciones económicas y comerciales impuestas en 1996 por la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Sujumi dio pasos concretos para iniciar una campaña internacional.   Representantes de los tres parlamentos y funcionarios al más alto nivel comparecieron la semana pasada ante la Duma rusa para explicar la esencia de sus proyectos de independencia.

 

   La cámara baja se abstuvo de pronunciarse de momento y solo se limitó a anunciar que presentaría recomendaciones a la presidencia y a la cancillería.   Para el presidente del comité de Asuntos de la CEI en la Cámara baja, Alexei Ostrovski, el escenario occidental de reconocimiento a Kosovo ha destruido el sistema de las relaciones internacionales.   Dijo que Rusia no cederá a las emociones, pero tampoco pretende cruzarse de brazos.

 

   Podría esperarse, apuntó, un reconocimiento por parte de Moscú a la independencia de Sujumi, Tsinvalí y Tiraspol, lo contrario a una transición al concepto de “estatus postergado”, o cualquier formato de cooperación bilateral.   La comunidad internacional debe comprender claramente que un arreglo de los conflictos en territorios de la CEI no pueden desligarse del contexto kosovar, máxime ahora, opinó el diputado.   Precisó que Rusia hizo todo lo posible para mantener la solución del tema sobre Kosovo dentro de los límites del derecho internacional. 

 

  Señaló que al defender la soberanía de Serbia, Moscú defendía al mismo tiempo la integridad territorial de Georgia y Moldova, "pero chocamos con una posición rígida de Estados Unidos y las potencias de Europa, lo cual debe servir de experiencia amarga a Tiflis y Kishinev".   Los diputados rusos tampoco manifiestan un enfoque común respecto a las tres repúblicas secesionistas.

 

   Mientras en relación con Abjasia y Osetia del Sur predomina una crítica generalizada a Georgia por el agravamiento de los conflictos, respecto a Transdnester apelan a una fórmula especial.   Desde ese punto de vista, las posibilidades de diálogo entre Kishinev y Tiraspol no se han agotado, afirman los analistas, y añaden el compromiso al parecer del Kremlin con el presidente moldovo de no apoyar a la región separatista.   

¿Está lista Rusia hoy para responder a los aires de independencia en su espacio vital, o preferirá postergar su decisión?. Son cuestiones que sin dudas sitúan a Moscú en una delicada encrucijada

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