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Manuel Hernández Villeta

Bartolo Colom es el caballo de hierro de los lanzadores de Bostón

New York Mets’ Luis Castillo, right, just beats Florida Marlins’ Mike Jacobs to first base during the second inning of the Major League Baseball game Monday, May 26, 2008 at Shea Stadium in New York. (AP Photo/Seth Wenig)  El receptor venezolano de los Cachorros de Chicago Henry Blanco no logra impedir la anotación de Adam LaRoche, de los Piratas de Pittsburgh, en la sexta entrada del juego del domingo 25 de mayo del 2008, en Pittsburgh. John Heller / Foto AP

Grandes Ligas en acción

 John Farrell estaba en su etapa final como serpentinero abridor en las Grandes Ligas cuando un meteoro dominicano llamado Bartolo Colón comenzaba a derretir a los bateadores rivales como lo suele hacer un cuchillo caliente al hacer contacto con la mantequilla.  Farrell observó al quisqueyano cuando Colón subía como la espuma por el sistema de sucursales de los Indios de Cleveland, lo vio detenidamente desde su oficina al encargarse como supervisor del talento joven de la tribu y ahora lo aconseja como su instructor de pitcheo. Por eso, el coach de lanzadores de los Medias Rojas de Boston conoce bien al veterano dominicano y, por estudiar cada uno de sus movimientos desde que Colón firmó como agente libre con los campeones reinantes, está totalmente convencido de que el veloz pitcher de la tierra del merengue rendirá mucho en su segundo aire en las Grandes Ligas. "Lo veo motivado, con deseos de trabajar y ha sido exactamente lo que esperábamos al firmarlo", analizó Farrell al hablar de Colón para LasMayores.com. "Si se mantiene saludable, puede ser una de las grandes adquisiciones que haya realizado equipo alguno en la libre agencia".

Apenas 24 horas después que los Medias Rojas fueron barridos por los Atléticos en Oakland, Colón sobresalió en su segundo juego en igual número de apariciones al superar en un duelo al venezolano Félix Hernández -quien retiró al hilo a los primeros 11 bostonianos a los que hizo frente antes de tolerar el duodécimo jonrón del dominicano David Ortiz en el 2008- para vencer a los Marineros en Seattle.

En sus siete episodios de altos quilates, Colón (2-0, con 2.25 de efectividad) espació cinco hits -cuatro de estos sencillos-, apenas regaló un boleto y le hicieron una sola carrera. En los momentos cruciales, dominó a los bateadores con pericia y excepcional comando para salir airoso de posibles atolladeros.

El dominicano había reaparecido en el béisbol de lujo el 21 de mayo en el Fenway Park , con cinco episodios solventes de trabajo, en los que permitió dos carreras para derrotar a los Reales de Kansas City y mantener viva una racha que se extendió a siete éxitos al hilo de su equipo en casa.

En otras palabras, ha cumplido con creces en sus dos primeras asignaciones y la novena de Boston considera que le esperan muchos más éxitos al veloz derecho que conquistó el Premio Cy Young de la Liga Americana en el 2005, cuando tuvo una marca de 21-8 y efectividad de 3.48 con los Angelinos de Los Angeles en Anaheim, consolidándose entonces como una estrella de la lomita.

"Nos propusimos que tirase de 75 a 80 envíos en su primera apertura [frente a Kansas City] y ese día cumplió la tarea con 74 lanzamientos. Queríamos darle la oportunidad de ganar ese juego y le anotamos las carreras necesarias en el momento justo. Para el segundo partido, esperábamos unos 85 [realizó 84, satisfactorio ritmo para siete innings].

"Su ética de trabajo ha sido sobresaliente y no hay duda de que es del tipo de pitcher que nos dará la oportunidad de ganar cada vez que se suba a la lomita", insistió Farrell.

A sabiendas de que no podrían contar con el lesionado Curt Schilling, los Medias Rojas se la jugaron con Colón al firmarlo bajo un contrato de ligas menores el pasado 25 de febrero, cuando la mayoría de los demás lanzadores de Boston ya estaban preparándose en los Entrenamientos de Primavera.

El dominicano venía de una temporada modesta en el 2007 con los Angelinos (6-8 y 6.34 de efectividad en apenas 19 partidos, 18 como abridor), básicamente por lesiones, pero los observadores de talento de la franquicia de Massachusetts recomendaron su adquisición luego de verlo en la más reciente Serie del Caribe. Le ganaron así la batalla a varias organizaciones que también estaban interesadas en firmarlo.

"Aún depende básicamente de su velocidad, pero ha desarrollado una recta de dos costuras [una especie de envío rápido en sinker] para sacar de out a los bateadores forzándolos a pegar roletazos y lograr de esta manera una mejor economía de su trabajo en cada partido", analizó Farrell.

Por su parte, el manager de los Medias Rojas, Terry Francona, considera que Colón puede ser exactamente la pieza que le hace falta para completar una rotación encabezada por el estelar Josh Beckett, e integrada además por el japonés Daisuke Matsuzaka, el joven autor de un reciente partido sin hits ni carreras Jon Lester y el veteranísimo nudillero Tim Wakefield.

"Quizás no sería justo para el propio Bartolo compararlo con aquel pitcher que tiraba de 98 a 101 millas por hora, pero es un veterano que sabe su oficio y nos va a ayudar a ganar unos cuantos juegos", concretizó Francona. "Trabaja rápido desde la lomita y domina bien sus rectas de dos y cuatro costuras. Nuestro objetivo es que vaya incrementando su número de lanzamientos hasta que pueda llegar a ejecutar unos 100 por cada apertura".

Jason Varitek tuvo ocasión de medirse a las electrizantes píldoras que tiraba Colón cuando el dominicano estaba en su plenitud y ahora, como su receptor, considera que las rectas del nuevo patirrojo tienen poco o nada que envidiarle a la de los mejores abridores de la Liga Americana.

"Todavía estoy aprendiendo acerca de Bartolo, pero veo que su velocidad y su localización tienen un buen nivel de calidad", estimó el estelar Varitek, el capitán de los Medias Rojas. "Y esa combinación es bien importante para tener éxito en las Grandes Ligas".

Varitek, quien al trabajar detrás del plato en el no-hitter reciente de Lester se convirtió en el único enmascarado con cuatro partidos sin hits ni carrera como receptor en la historia de las Grandes Ligas, ha quedado bien impresionado con lo que ha visto de Colón y le augura un porvenir sonriente con la poderosa novena que aspira a repetir su gran éxito alcanzado al ganar en el 2007 su segunda Serie Mundial en un lapso de apenas cuatro años.

"Le cronometraron [en su primera apertura] varios envíos a 94 millas por ahora y para mí esto ya es bastante rápido", observó Varitek, mientras examinaba la indumentaria propia de su exigente profesión que utilizaría horas más tarde en el diamante. "La verdad es que me sentí optimista desde su primera práctica con nosotros en los Entrenamientos de Primavera".

De hecho, en su partido frente a los Marineros, la recta de Colón llegó a ser medida a 96 millas por hora, lo cual equivale a decir que su retorno lo emprende con todos los hierros.

Tanto es el optimismo patirrojo que se estima que el quisqueyano pudiera permanecer en la rotación aún cuando reaparezca Clay Buchholz, autor de un partido sin hits ni carreras en apenas su segunda apertura en la Gran Carpa en el 2007. El joven se rehabilita de un percance en un dedo en las menores, luego de una marca de 2-3 y efectividad de 5.53 en ocho inicios con Boston en lo que va del 2008, y será elegible para salir de la lista de los inhabilitados el 30 de mayo.

"No me sorprendería que Colón fuera uno de los lanzadores clave de nuestro equipo en el resto de la temporada", opinó el boricua Luis Alicea, coach de primera base de los Medias Rojas que ha seguido detenidamente la trayectoria del dominicano desde su propia etapa como pelotero a lo largo de 13 años en las Grandes Ligas.

"Por algo es un ganador del Cy Young y no hay duda de que sabe lanzar", elogió Alicea. "Es un pitcher de fuerza que trabaja con buena localización de sus envíos. Viene esforzándose duro desde el invierno y tuvo excelente disciplina cuando se preparó con nuestra sucursal de Triple "A" en Pawtucket".

Los compañeros de Colón coinciden en que es placentero contar con un lanzador de su calibre en el roster, pero el propio pelotero prefirió "no hablar por ahora" al preguntársele entre aperturas en Oakland por esta nueva etapa de su trayectoria. Obviamente, quiere dejar que sus envíos conversen por sí solos. Y así como lo ha venido haciendo, no hay duda de que el pitcheo es su mejor respuesta

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