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Manuel Hernández Villeta

Detrás del boicot avícola haitiano, se encuentran los problemaas de mercadeo de los dominicanos, y los deseos de los norteamericanos de "invadir" haití con partes de pollo

 

               Fuerzas de paz de la ONU en Haití patrullan las calles el 5 de febrero de 2008, en el este de Puerto Príncipe, cerca a la frontera con República Dominicana.               Foto:THONY BELIZAIRE/AFP

 

Los procesadores de pollos debe estudiar mercados periféricos donde mandar los excedentes, mientras se soluciona la situación presentada con el boicot de los haitianos a la producción avícola nacional.  La crisis de los pollos no puede ser vista únicamente como un boicot de comerciantes y sectores del gobierno haitiano, sino una imposición de modalidades globalizantes de la economía.  El rechazo a que se vendan en Haití los pollos y los huevos dominicanos, está de por medio la acción de  consorcios norteamericanos que tienen grandes excedentes de partes de pollos congelados, para los cuales buscan mercados. 

Por costumbres gastronómicas los norteamericanos prefieren y casi únicamente consumen las pechugas de los pollos, quedando las otras partes sin dársele ninguna utilidad. 

Los informes económicos destacan que en las grandes ciudades norteamericanos hay millones de toneladas de partes de pollos, las cuales no son consumidas por los norteamericanos y tienen que conseguir mercado en el exterior. 

Ahora muchos de esos empresarios han visto a Haití como un destinatario de los muslos, alas, cogote y otras partes, que se venden congeladas, y que no son consumidas por los norteamericanos.  Por razones económicas, los dominicanos tienen que ser sacados del mercado haitiano, para que se puedan vender las partes de pollos congeladas, en desmedro de los pollos en pie, o pollos congelados enteros criados en el país. 

Los dominicanos ya en una ocasión fueron invadidos por las partes de pollos congeladas, pero el mercado se le cayó a los empresarios norteamericanos, debido a que esos cortes de carne no eran favoritos de las grandes masas. 

Las partes de pollos apenas si tienen en el país una venta reducida, por lo que esos empresarios ahora buscan introducirla en Haití, siendo esa maniobra parte del boicot a los pollos y huevos dominicanos. 

Los problemas de los productores nacionales es que tienen un mercado cautivo, donde sus caminos de desarrollo son mínimos y deben aumentar su capacidad tecnológica. 

Es una industria que a pesar de ser privada, creció y tomó fuerzas en torno a la política de  buscar la sombrilla y el respaldo oficial. 

De hecho hoy se topa con l realidad de que no sólo debe competir con el mercado haitiano, sino que los procesadores de los excedentes de pollos también se encuentran de por medio en ese negocio. 

La solución a largo plazo tiene que ser mejorar la tecnología de producción, y abrir nuevos mercados.

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