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Manuel Hernández Villeta

Editorial

La especulación con los alimentos lleva al hambre de la población...Sea en República Dominicana o cualquier país del mundo, la especulación es un crimen

Photo: WFP/Anne-Karine Brodeur

 Los comerciantes, detallistas y mayoristas, se tienen que apegar y respetar   la ley, y dejar a un lado la especulación, el agiotismo y el  aumentar en forma desproporcionada los artículos de primera necesidad. Corresponde a las autoridades establecer un diálogo con los comerciantes, a fin de que los artículos de gran consumo se vendan sin especulación. 

Los alimentos que están incluidos dentro de la canasta popular, tienen que ser protegidos, y no pueden ser aumentados en forma antojadiza. 

Tanto el sector privado como el Gobierno tienen que ejecutar un amplio programa, mediante el cual garanticen que a la población van a llegar comestible de primer orden, a precios asequibles. 

Lamento que en muchas ocasiones se de la situación, que debe ser corregida, de comerciantes que distribuyen alimentos, que los venden a precios de oferta y demanda. 

Uno de los principales problemas está en los barrios, donde en los colmados se vende al detalle, lo cual pone en peligro la economía popular dominicana. 

El arroz, las habichuelas, los aceites y otros ingredientes de la canasta familiar, tienen que ser protegidas en el acto, para beneficio de las grandes masas nacionales. 

Hoy se trata de que haya alimentos buenos y baratos que vayan dirigidos sobre todo para los que tienen un salario reducido, y que deben mejorar sus condiciones de vida. 

Los moradores de los barrios populares que sean los primeros defensores de su economía, y procedan a denunciar a cualquier comerciante que altere los precios de los productos. 

Si desde el gobierno hay una posición decidida de mejorar los niveles de vida de la población, y que lleguen a su mesa alimentos a precios reducidos, no se puede justificar la acción de especuladores irresponsables. 

 El pueblo tiene derecho a la comida.  

Es inaceptable, y constituye un crimen contra la población, que se hagan paros en el transporte público de pasajeros.

 

 

 

( foto. 2.Blas Peralta y Alfredo Pulinario..foto 3 Juan Hubieres, dirigentes sindicales) 

Es inaceptable, y constituye un crimen contra la población, que se hagan paros en el transporte público de pasajeros. Los empresarios del transporte se tornan irresponsables y negadores de las conquistas populares, cuando  hacen pasar al pueblo sinsabores, con paros del transporte escalonados. 

Esos empresarios, que no tienen nada de sindicalistas ni de dirigentes populares, han sido beneficiados en los programas de colectivización del transporte, obteniendo desde guaguas, hasta combustibles y facilidades especiales. 

Esos empresarios  intenten parar el transporte de pasajeros cuando les viene en gana, sin tomar en cuenta las grandes necesidades del país. 

 

En las guaguas y los carros públicos se montan los pobres, los desamparados de la fortuna, y no hay justificación ni razón, para que ellos sean los más perjudicados. 

Hacemos  un llamado a esos empresarios del transporte, a que piensen en la gran cantidad de dominicanos que se encuentran en una situación económica difícil, y que deben usar  esos medios de transporte para ir al trabajo, a las universidades, las escuelas, los hospitales, y otras áreas. 

Se debe dar el diálogo sensato para mejorar la situación del transporte y favorecer al pueblo, pero no para que un grupito de empresarios con ropaje de sindicalistas obtengan beneficios personales. 

La situación del transporte va a mejorar en el país, en una forma total y radical, cuando se colectivice el sistema, se hagan paradas, y se obligue a los conductores a respetar las órdenes del sistema. 

Debe darse una mejoría sustancial en el sistema del transporte público, por lo que no se justifican los paros de los empresarios del sector.

Detrás del boicot avícola haitiano, se encuentran los problemaas de mercadeo de los dominicanos, y los deseos de los norteamericanos de "invadir" haití con partes de pollo

 

               Fuerzas de paz de la ONU en Haití patrullan las calles el 5 de febrero de 2008, en el este de Puerto Príncipe, cerca a la frontera con República Dominicana.               Foto:THONY BELIZAIRE/AFP

 

Los procesadores de pollos debe estudiar mercados periféricos donde mandar los excedentes, mientras se soluciona la situación presentada con el boicot de los haitianos a la producción avícola nacional.  La crisis de los pollos no puede ser vista únicamente como un boicot de comerciantes y sectores del gobierno haitiano, sino una imposición de modalidades globalizantes de la economía.  El rechazo a que se vendan en Haití los pollos y los huevos dominicanos, está de por medio la acción de  consorcios norteamericanos que tienen grandes excedentes de partes de pollos congelados, para los cuales buscan mercados. 

Por costumbres gastronómicas los norteamericanos prefieren y casi únicamente consumen las pechugas de los pollos, quedando las otras partes sin dársele ninguna utilidad. 

Los informes económicos destacan que en las grandes ciudades norteamericanos hay millones de toneladas de partes de pollos, las cuales no son consumidas por los norteamericanos y tienen que conseguir mercado en el exterior. 

Ahora muchos de esos empresarios han visto a Haití como un destinatario de los muslos, alas, cogote y otras partes, que se venden congeladas, y que no son consumidas por los norteamericanos.  Por razones económicas, los dominicanos tienen que ser sacados del mercado haitiano, para que se puedan vender las partes de pollos congeladas, en desmedro de los pollos en pie, o pollos congelados enteros criados en el país. 

Los dominicanos ya en una ocasión fueron invadidos por las partes de pollos congeladas, pero el mercado se le cayó a los empresarios norteamericanos, debido a que esos cortes de carne no eran favoritos de las grandes masas. 

Las partes de pollos apenas si tienen en el país una venta reducida, por lo que esos empresarios ahora buscan introducirla en Haití, siendo esa maniobra parte del boicot a los pollos y huevos dominicanos. 

Los problemas de los productores nacionales es que tienen un mercado cautivo, donde sus caminos de desarrollo son mínimos y deben aumentar su capacidad tecnológica. 

Es una industria que a pesar de ser privada, creció y tomó fuerzas en torno a la política de  buscar la sombrilla y el respaldo oficial. 

De hecho hoy se topa con l realidad de que no sólo debe competir con el mercado haitiano, sino que los procesadores de los excedentes de pollos también se encuentran de por medio en ese negocio. 

La solución a largo plazo tiene que ser mejorar la tecnología de producción, y abrir nuevos mercados.

El debate no es un mecanismo idóneo de desarrollo electoral dominicano...Los problemas se solucionan facilitando comida a los necesitados, hospitales a los enfermos, y educación a los analfabetos

 

Bandera dominicana

 

El diálogo es el mejor camino para la paz y el entendimiento. Si dos personas, dos sectores sociales o dos países pueden hablar y discutir, lo más seguro es que se podría evitar una acción de guerra. La violencia únicamente deviene de los caminos cerrados al entendimiento. En la campaña política dominicana hay diferentes posiciones de los grupos políticos y sociales que inciden en el accionar, pero no hay inconvenientes de ideología,, y de puntos contradictorios. 

El diálogo siempre se debe mantener. Somos partidarios del diálogo y de las conversaciones entre los sectores opositores, pero ello no significa que demos una importancia desmedida  a un diálogo que no tiene mayor importancia. 

En la situación política norteamericana el diálogo es importante. Los candidatos no venden propuestas, ni elucubraciones sociales o políticas, únicamente tratan de estar bien maquillados, y que la ropa vaya de acuerdo con el decorado de la televisión. 

Un debate es vital para la sociedad norteamericana, porque los dirigentes políticos no llegan a las masas, sino que la caja mágica de la televisión lo es todo. Por consiguiente, lo que se preparan es para una campaña mediática, por la teve, pero sin dar importancia al real contacto con las masas. 

Dentro de nuestra situación política, un debate es una necesidad. Llenar ego de organizaciones de la sociedad civil, que son incapaces de actuar directamente en política, y encubren sus imposibilidades, tratando de suplantar instituciones. 

No somos partidarios de un debate, aunque si del diálogo y el respeto. Los candidatos que van a un debate mienten, dicen mentiras y abultan datos, para ganar la opinión de los televidentes o radioescuchas. 

El debate está presente en que los res grandes partidos han gobernado, y cada uno tiene su forma de actuar. El mejor debate es pasar revista al accionar de cada cual. El mundo tiene posiciones dialécticas. Si usted no fija su programa de gobierno, sino lo tiene, es una posición para el debate electoral. 

Dejémonos de debate, o de encuentros en almuerzo de integrantes de sociedad civil. El pueblo votará por los que a tiempo le tienden la mano, para paliar el hambre de untar de días. 

Diálogo y debate son cosas diferentes. Siempre el diálogo y la concertación, pero no soy partidario del show de televisión. 

Seguimos esperando cambios profundos de la sociedad, pero sin debates…

El FMI y los organismos internacionales, no son lo salvadores de nuestros países, sino policías económicos que nos ponen una camisa de fuerza---Estos mismos organismos fueron culpables de las pobladas que dejaron miles de muertos en América Latina

 

La población debe tomar medidas de precaución, para evitar consumir agua en mal estado...Fumigación con el dengue......Oigamos las campanas de Africa, para que podamos salvar sus errores y tener un país con mejor futuro

 

 Decenas de personas se agolpan para recibir alimentos distribuidos por Cruz Roja en el suburbio de Mathare en Nairobi, Kenia - EFE - 06/01/2008

La crisis del mundo es una sola. En Snto Domingo o en Africa hacen falta alimentos, y hay una parte de la población, sin acceso al agua potable. Las soluciones tienen que ser globales para un mundo intercomunicado. Si vemos el dolor de Africa de modo aislado, entonces estaremos en un callejón sin salida. Pero hoy vamos a tratar el problema nuestro, sobre la falta de agua, o el agua contaminada, pero reflexionemos que esa crisis africana está presionando nuestra yugular. Si no tomamos medidas de prevención desde ahora, ese podría ser nuestro futuro. Las enfermedades gastro-intestinales, debido al consumo de aguas contaminadas, es una de las grandes deficiencias sanitarias del país. Miles de personas enferman continuamente, luego de estar en contacto con aguas contaminadas, en ocasiones servidas por los acueductos, y otras tomadas directamente de ríos y pozos. 

Se torna necesario aplicar acciones de estricto control sanitario, que vayan dirigidas a la purificación del agua. 

Hoy, son miles de personas que se tienen que invertir, para consumir agua, sea para saciar la sed o cocer los alimentos, porque no se tiene confianza en el líquido en su estado natural. 

Por años, las autoridades sanitarias se descuidaron con la purificación del agua potable. 

Surgió en forma paralela una gran industria de vender agua purificada. Hoy, las purificadoras tienen un nicho sólido de mercado, pero son miles de familias las que no tienen acceso al  agua purificada. 

Se tienen que ampliar los cordones sanitarios, para de  esa forma dar una asistencia masiva a la población, y evitar que se continúen produciendo grados de contaminación. 

Asimismo, consideramos que se tiene que establecer una estricta red sanitaria, para enfrnetar los focos infecciosos. 

El dengue es una de las principales redes de contaminación que padece el país. Se deben llevar a cabo programas masivos de inmunización y fumigación para acabar con el dengue. 

Las simples recomendaciones en ocasiones no dan resultado, sino que se tienen que integrar masivos programas de asistencia. 

Hora es pues, de llevar a cabo esas medidas de prevención.  La población tiene que seguir en forma estricta las recomendaciones de los médicos, y de las autoridades sanitarias, para hacer frente a los brotes que se podrían generar por el consumo de agua contaminada. 

Debido a que nos encontramos en un país tropical, y motivado por las inundaciones que se producen periódicamente, puede ser que a sectores comunitarios llegue el agua no apta para el consumo directo de la población. 

Una de las medidas de prevención que se podría aplicar es que se hierva el agua por un promedio de quince minutos, luego de llegar a su grado de ebullición, o que se le eche la suficiente cantidad de cloro. 

Uno de los principales problemas comunitarios está relacionado con el agua, por lo que el vital líquido debe ser llevado en forma de emergencia a las zonas donde no haya en las cañerías. 

El sector privado, los empresarios e instituciones de servicio, deben cooperar con los programas que lleva a cabo el pueblo, para que el agua potable llegue a todos los hogares dominicanos. 

Se deben ampliar los programas de vacunación contra el dengue. 

No se deben detener los programas de vacunación, que se tienen que llevar a cabo en todo el territorio nacional, para de esa forma eliminar al mosquito propagador. 

Es vital y trascendental que a la familia dominicana se le continúe aplicando asistencia, para hacer frente a cualquier eventual brote epidémico.

La juventud necesita un pleno desarrollo, pero no llegará al éxito si se mantiene el círculo de miseria y abandono social

 

 

La juventud dominicana es piedra filosofal, para que muchos piensen en el futuro, o jueguen con ella con fines de obtener votos electorales. Pero en verdad, para pocos hay una salida real, puesta sobre el tapete, en torno a los sinsabores y desafueros, que sufre la juventud nacional. Los problemas que constriñen y castran a la juventud dominicana, son los mismos que sufre una sociedad en profunda crisis, con los caminos cerrados para las minorías. 

Para la juventud dominicana, sobre todo la gran mayoría, la que proviene de los barrios de cañadas y de cloacas, hay un camino abierto, el más fácil y el más directo, que es la violencia. 

El pandillerismo, las drogas, la cárcel o el cementerio, aunque sean acomodados a las necesidades de cada joven, tienen su origen en profundas desavenencias sociales. 

La crisis de la juventud, que es la misma del país, viene con esa desigual y terrible distribución de las riquezas, donde se aplica la ley del embudo, y todo es para una minoría. 

Cierto que en nuestros barrios hay violencia, y que la mayor parte de los delincuentes, provienen de las barriadas marginadas, pero el agente impulsador es la miseria y la marginalidad. 

Es más, si se hace un censo en cualquier cárcel, se verá que la mayoría de los detenidos son jóvenes, menores de 30 años. 

Ello va enmarcando un sendero donde lo trilla la falta de oportunidades. Las pandillas, para el joven de barrio, es parte de su protección social, es tener el grupo en el cual es una persona. 

Para hablar del desarrollo de la juventud, se tiene  inmediatamente que ir al meollo de la crisis del país, de su mala distribución de riquezas, y en especial, de la falta de incentivos. 

Si no se amplían posprogramas educativos, con la creación de institutos de formación técnico vocacional, entonces seguiremos caminando por una senda cerrada. 

Asimsmo, se tienen que fortalecer los programas materno-.infantiles, porque el joven será un neo-nato, si su madre, joven de por si, lleva sobre sus hombros la carga de miseria y abandono social más espantoso.  El mayor apoyo que se puede dar a la juventud dominicana, es fortalecer la política de pleno empleo, mejorar la enseñanza, la cobertura sanitaria y los niveles de vida de toda la población.  La educación debe ser uno de los pilares básicos y fundamentales en el desarrollo de la juventud nacional.  Se debe dar un gran impulso a los programas de educación, par que los jóvenes encuentren una puerta abierta al desarrollo, y que haya una mejoría sustancial de sus niveles de vida.

La educación básica es necesaria para hacer frente al analfabetismo, debe ir unida a la formación técnica, que hace posible que una cantidad inmensa de esos jóvenes se pueda dedicar a la producción.  Sin educación no se puede pensar en el desarrollo de la juventud y del país, y al mismo tiempo, con una plena educación, se le estarán abriendo las puertas para su desarrollo integral.  Se deben fortalecer los programas materno-infantil, y de asistencia a la niñez, porque no habrá una juventud fuerte, vigorosa, saludable y con deseos de progreso, sino hay un programa sanitario integrado desde los primeros años de vida.  Hay que  integrar los programas de educación de adulto, para ir ofreciendo asistencia a los jóvenes que se dedican al trabajo, pero pueden continuar sus estudios en horas de la noche, o por los modernos medios virtuales.  Si se mejoran los niveles de trabajo, de educación y de visión general del joven de hoy, se le estará rescatando de la violencia, del pandillerismo, de las luchas estériles en las calles, de la cárcel o de la muerte.

Para mejorar las condiciones de vida de la juventud, lo primero es reconformar las riquezas, y la seguridad social.

La crisis de los pollos y los huevos dominicanos, debe encontrar una salida para entrar al mercado haitiano.....Del escritorio de Manuel Hernández Villeta

PRIMERA  MUERTE HAITI.jpg

haiti-ap.jpg       Los comerciantes y el Gobierno  tienen que buscar una salida urgente a los problemas que enfrentan los productores de huevos y pollos, perjudicados por una veda de las autoridades haitianas. Los productores avícolas nacionales deben ser protegidos, en momentos en que muchos se podrían ir a la quiebra debido a las acciones tomadas por comerciantes y autoridades haitianas, de impedir el paso de esos productos dominicanos. Ya se probó que la gripe aviar no constituye un gran peligro  para la avicultura dominicana, por lo que es inexplicable la posición de las autoridades haitianas.   

      Las autoridades fitosanitarias dominicanas deben solicitar la colaboración de asociaciones agrícolas y sanitarias internacionales, sobre todo ligadas a las Naciones Unidas, para que certifiquen que la fiebre aviar no es  peligro para el país.

 Desde luego, que por razones comerciales el caso no se puede tratar a la carrera, sobre todo si se toma en cuenta los graves problemas que la gripe aviar, que no es el tradicional moquillo de los pollos dominicanos, ha ocasionado en Asia y Africa.

      Uno de los alimentos básicos de la población dominicana son los pollos y los huevos, razón por la cual es inaceptable que haya una posición de enfrentamiento con las autoridades de Haití.

         Además, los haitianos no cuentan con los suficientes laboratorios y organizaciones de seguimiento sanitario, para determinar el peligro o los beneficios de consumir determinada carne, o alimento.

         Siempre esas autoridades han sido dejada, sin importarle la suerte de su pueblo, que vive sumido en el abandono. Pone de manifiesto esta situación, que el mercado comercial con Haití no está reglamentado, y más bien es ejecutado por mercaderes y comerciantes que juegan a su manera para obtener beneficios.

 Si hubiera una regla de juego clara, ahora no se estaría dando este caso. Toca a la Cancillería dominicana buscar  corregir las cosas con la Secretaría de Relaciones Exteriores de Haití-.

  Mientras, abogamos para que la carne de pollo y los huevos puedan llegar a los consumidores a precios reducidos, y de esa forma evitar que se mantenga cualquier movimiento especulativo.

 Lamentamos que en muchas ocasiones haya comerciantes inescrupulosos, que se dedican a la especulación y a vender como les viene en gana los pollos y los huevos. Las autoridades y los comerciantes haitianos tienen que tener plena confianza en las autoridades dominicanas, que han probado que no constituye un peligro la gripe aviar, y que la producción avícola está a salvo.

 Hay la  necesidad de que se mantenga a bajo precio el valor de los alimentos de primera necesidad. A pesar de las dificultades  enfrentadas debido al paso de las tormentas tropicales, hoy se puede decir  que en el país se pueden encontrar los alimentos básicos que demanda la población.

 Siempre es de lamentar, y toca a las autoridades enfrentar, a los que se dedican a la especulación y a querer jugar con la comida de los dominicanos, sobre todo de los que padecen más necesidades.

 Abogamos por reglas claras en las relaciones dominico-haitianos y que definitivamente la solución de los problemas no se encuentren unilateralmente en manos de los comerciantes. A corto y a largo plazo, reglas de juego claras, es la solución